Hoy finalizaron los cuatro días de actos masivos e conmemoración del Jubileo de Diamante por los 60 años en el trono de la reina Isabel II de Inglaterra. Todo comenzó temprano cuando la monarca fue saludada por el tañido de campañas al vuelo y por multitudes que exclamaban "¡Dios salve a la reina!", al llegar a la Catedral de San Pablo para una misa.

Con pesar, la reina no contó con la presencia del prí­ncipe Felipe, su esposo durante 64 años, debido a que fue hospitalizado ayer debido a una infección en la vejiga.

Durante el servicio religioso, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, elogió a la monarca por darle felicidad a la nación. La declaración fue secundada por los numerosos presentes que también aclamaron a miembros de distinto nivel de la realeza cuando participaban en la acción de gracias.

"Estamos conmemorando seis décadas de la prueba viviente de que el servicio público es un lugar donde puede encontrarse la felicidad", dijo Williams a los integrantes de la realeza y a los dignatarios que colmaron el enorme y emblemático templo diseñado por Christopher Wren en el siglo XVII.

Cuando la soberana salí­a de la catedral hizo una pausa en una placa que conmemora el servicio religioso por el Jubileo de Diamante de la reina Victoria en 1897, citó AP.

Ataviada con un conjunto de seda, bordado con pequeñas flores verdes en forma de estrella y adornado con hilo plateado, la reina se vio durante el servicio como una figura elegante con algunas sonrisas y una constante solemnidad.

Tras la ceremonia religiosa, toda la familia participó en un almuerzo que  reunió en el palacio de Westminster a 700 personas representativas de todos los  ámbitos de la sociedad, de banqueros a jardineros, pasando por miembros de las  fuerzas armadas, consignó AFP.

Los invitados degustaron un menú clásico a base de salmón salmón marinado,  cordero con espárragos y patatas aderezado con una salsa "Jubileo" y una  "sinfonía de postres", que culminó con un brindis de honor.

La soberana encabezó a continuación la procesión por el centro de la  capital, acompañada de Carlos y Camila en el "State Landau" de 1902, el mismo  carruaje que usaron Guillermo y Kate el día de su boda en abril de 2011.

El desfile, cuyo recorrido estaba abarrotado desde la mañana por decenas de  miles de personas, culminó en el palacio de Buckingham, donde la reina cerró con broche de oro cuatro meses de celebración del Jubileo con una  aparición en el balcón, mientras un desfile aéreo con aviones de la Royal Air Force (RAF) y de la Segunda Guerra Mundial sobrevoló Palacio, dando por concluidos los festejos.

Las celebraciones comenzaron el sábado en el evento hípico del Derby de Epson ante unas 200.000 personas, continuaron el domingo con un histórico y multitudinario desfile fluvial por el río Támesis y siguieron el lunes con un megaconcierto de rock, pop, ópera y música clásica frente al Palacio de Buckingham, presenciado por medio millón de personas.

Isabel II grabó un mensaje de agradecimiento a la nación previo al concierto de anoche, que fue filmado en uno de los apartamentos privados del Palacio y que fue transmitido  por radio y televisión.