Reino Unido, Alemania y Turquía decidieron inmovilizar sus aviones Airbus A400M a la espera de los resultados de la investigación sobre el accidente del sábado en Sevilla, el primero de este avión de transporte militar, en el que murieron cuatro personas.
Los supervivientes del accidente, un mecánico y un ingeniero, estaban en situación grave pero estable en dos hospitales de Sevilla, la capital de la región de Andalucía (sur de España). El avión, que iba a ser entregado al ejército turco en junio, se estrelló en un campo al norte del aeropuerto de la ciudad, tras golpear una línea de alta tensión mientras, al parecer, intentaba aterrizar de emergencia.
Dos granjeros y un transeúnte, que se hallaban cerca del aeropuerto cuando se estrelló el avión, se precipitaron hacia el aparato y ayudaron a sacar a los dos supervivientes por las ventanas, explicó la presidenta del gobierno regional andaluz, Susana Díaz.
Este es el primer accidente de este tipo de avión, el cual cuenta con hélices de más de cinco metros de diámetro, y es ensamblado en la sede de Airbus Military en Sevilla.
Alemania, Reino Unido y Turquía decidieron inmovilizar temporalmente sus Airbus A400M, a la espera de que se determine lo ocurrido. Francia, primer cliente del avión europeo, no ha querido, por su parte, dejar en tierra los seis aparatos que posee.
"No hay elementos que nos obliguen a detener nuestra flota de A400", declaró el coronel Jean-Pascal Breton, portavoz del ejército del aire.
Malasia, que recibió su primer A400M en marzo, aún no ha comunicado sus intenciones. Se calcula que hay doce aviones de ese tipo en circulación: Francia tiene seis, Reino Unido y Turquía, dos, y Alemania y Malasia, uno.
La Guardia Civil española abrió una investigación para averiguar las causas del accidente, y el constructor europeo Airbus envió un equipo de expertos para ayudar a las autoridades.