El primer ministro británico, David Cameron, de vuelta de vacaciones, telefoneó por separado al presidente estadounidense Barack Obama y al francés François Hollande, reiterando la  posición a adoptar ante la crisis siria, según un comunicado de Downing Street.

Cameron y Obama insistieron en que "el uso o la amenaza de uso de armas  químicas (por parte del régimen sirio) es completamente inaceptable y los  obligaría a revisar su enfoque" de la situación. Obama ya fue muy claro el  lunes, cuando dijo que dicho extremo es una "línea roja". Con el jefe de la Casa Blanca, Cameron coincidió en que "queda mucho por hacer" para  detener el conflicto sirio.

El primer ministro británico habló con los mandatarios de la mejor forma de prolongar el apoyo a la oposición siria, y abogaron por una "oposición  creíble" y unida. Igualmente hablaron de las dificultades de los refugiados sirios, y dijeron  que esperan que la comunidad internacional haga más para hacerles llegar ayuda  humanitaria.

Cameron incidió en que la cooperación regional e internacional es "vital"  en este conflicto, y subrayó la necesidad de trabajar "estrechamente" con  "Turquía, Qatar, Arabia Saudita y otros".

Según Downing Street, Hollande y Cameron estiman que sus países deben  trabajar "más estrechamente" para "determinar cómo apoyar a la oposición y  ayudar a un posible gobierno sirio tras la inevitable caída de Assad".

La presidencia francesa publicó su propio comunicado tras la conversación,  indicando que los dos hombres se felicitaron por "su acuerdo completo" sobre la  crisis siria, y decidieron "mantener la estrecha cooperación existente entre  Francia y el Reino Unido al respecto".

El comunicado insistía en que, en la conversación, Hollande recordó "la  posición de Francia sobre la necesidad de que se aplique lo antes posible una  transición política que incluya la partida de Bashar Assad". El mandatario  también "subrayó el compromiso (de Francia) de aportar un apoyo efectivo a la  oposición siria, incluyendo sobre el terreno".