A poco más de seis meses para las elecciones generales, los laboristas británicos reducen su desventaja frente a los conservadores en las encuestas sobre intención de voto a seis puntos, la distancia más corta en un año.
Según un sondeo de la empresa demoscópica Ipsos-Mopri, que publica hoy el periódico "The Observer", si hoy se celebraran las elecciones los conservadores de David Cameron obtendrían un 37% de los votos y los laboristas del primer ministro, Gordon Brown, un 31%.
Los liberaldemócratas de Nick Clegg obtendrían un 17%.
Se trata de la ventaja más corta en favor de los "tories" desde diciembre de 2008 y demuestra, según este periódico de centroizquierda, que en vez de prepararse para una victoria arrolladora los conservadores deben centrarse en conseguir el apoyo de los votantes indecisos para garantizarse la vuelta al poder.
Si estos datos se repitieran en las elecciones, que probablemente se celebrarán entre mayo y junio de 2010, el Partido Conservador sería la fuerza más votada, pero se quedaría a 35 escaños de tener la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes y necesitaría del apoyo de otras fuerzas para gobernar con cierta comodidad.
Sería la primera vez desde 1974 que un Parlamento británico, en el que sus miembros son elegidos según un sistema electoral mayoritario simple a una sola vuelta con distritos uninominales, no contara con una fuerza política con la mayoría absoluta.
Ipsos-Mori advierte también de que si los laboristas consiguieran recortar esa desventaja hasta los cinco puntos o menos, se podría dar el caso de que se convirtieran en la fuerza con mayor representación parlamentaria pese a no ser la más votada.
La encuesta revela que el optimismo económico está en su nivel más alto desde 1997, pese a que la economía británica aún no ha salido de la recesión, y que un 46% de los encuestados espera que las cosas mejoren en 2010, frente a un 23% que piensa que la situación empeorará y un 28% que opina que permanecerá igual.
Es este factor, señalan los experto, el que está detrás de la recuperación en los sondeos de los laboristas, que fijaron sus posibilidades electorales a una recuperación económica.
"La economía será el asunto decisivo en las elecciones", manifestó Douglas Alexander, el coordinador de la campaña electoral de los laboristas, que aspiran a un cuarto mandato consecutivo desde que Tony Blair derrotó al conservador John Major en 1997.
El problema para los laboristas puede ser la imagen de Brown, cuya gestión es aprobada por un 34% de los encuestados, frente al 59% que desaprueba su trabajo como primer ministro.
La opinión de los votantes sobre Cameron es mejor: es aprobado por un 48% y suspendido por un 35%.