Reino Unido tiene uno de los índices más altos de menores encarcelados

Reino Unido tiene uno de los índices más altos de menores encarcelados entre los países ricos, ya que un 2,5 por ciento de todos los reclusos de Inglaterra y Gales tienen menos de 18 años.

Así lo indica un informe del Centro Internacional de Estudios sobre Prisiones del King's College londinense, según el cual, Gran Bretaña envía a la cárcel a más jóvenes que los propios Estados Unidos.

A pesar de varios llamados de la ONU, la edad de responsabilidad penal en Inglaterra es de diez años y en Escocia, de ocho, lo que contrasta con la mayoría de los países europeos, que la tienen fijada en catorce.

Según informa hoy el semanario "The Economist", el año pasado, utilizando sus poderes antiterroristas, la policía londinense llevó a cabo 2.000 registros de jóvenes de menos de 16 años, e incluso, en 58 casos, los niños que eran registrados no habían cumplido aún los diez.

Mientras que la cifra total de menores enviados a la cárcel, hasta los 18 años, ha caído entre 1997 y 2007 en casi un quinto, ha aumentado fuertemente el de los más jóvenes que sufren ese castigo, con edades entre los diez a los catorce años.

Así, en este último grupo de edad, sólo 130 fueron recluidos en 1997, mientras que en el 2007 superaban ya el medio millar.

El motivo más habitual para recluir a un menor es el hecho de violar las sanciones que le impone la autoridad, como las llamadas órdenes por comportamiento antisocial.

La policía puede prohibir a los menores acercarse a determinado lugar donde han abusado, por ejemplo, de la gente mayor, o cometido alguna otra ofensa, y si aquellos violan esa prohibición, pueden dar con sus huesos en la cárcel.

"Barnardo", Organización No Gubernamental (ONG) británica preocupada del bienestar infantil, acusa a las autoridades de incumplir sus propias directrices, según las cuales sólo se encarcelará a los menores de catorce años si han cometido delitos graves o persistentes.

Al igual que ocurre entre los presos adultos, los adolescentes tienen tras de sí historias preocupantes: uno de cada cinco menores de catorce años ha intentado la automutilación y uno de cada diez han intentado suicidarse.