Al cumplirse hoy dos años desde que Japón nacionalizara de facto un archipiélago en disputa con China, la relación entre ambas potencias asiáticas atraviesa por uno de sus peores momentos. El codiciado grupo de cinco islas deshabitadas y tres arrecifes, que suman unos 6,3 km2 (ver infografía), es llamado Senkaku por los japoneses y Diaoyu por los chinos. Está, además, ubicado en las cercanía de importantes rutas marítimas y bancos de peces. Y se cree que bajo de su lecho marino habría importantes reservas de gas y petróleo.

La tensión entre Beijing y Tokio, alimentada también por los esfuerzos territoriales reivindicativos chinos y su búsqueda de posicionamiento regional y el plan del premier japonés Shinzo Abe de modificar el carácter pacifista de la Constitución por uno activo militar, se ha extrapolado al ciudadano común y corriente, que hoy manifiesta un profundo recelo de sus vecinos.

Así se desprende de una encuesta binacional publicada esta semana, que señala que el 93% de los japoneses tiene una impresión negativa de China, la cifra más alta desde que el sondeo comenzó a aplicarse en 2005. A su vez, el 86,8% de los chinos dijo tener una opinión desfavorable de Japón, cifra levemente inferior al récord de 93% obtenida el año pasado.

La principal razón que explica el resquemor hacia los chinos radica en el hecho de que, para el 55,1% de los japoneses consultados, "las acciones de China son incompatibles con las normas internacionales", indica el comunicado de la ONG japonesa Genron y el diario estatal China Daily, patrocinadores del sondeo, consignó la agencia France Presse.

"Por otro lado, 'las islas Diaoyu/Senkaku'  (64%) y "la incorrecta comprensión histórica' (59,6%) fueron dos de las principales razones para la impresión desfavorable que tiene Japón entre los chinos", agrega el informe sobre el sondeo. 

Esto, considerando que Beijing reitera que Tokio no ha abandonado del todo su pasado imperialista y que, al mismo tiempo, arremete contra Abe, a quien acusa de tener una "incorrecta" interpretación de la historia, y de querer remilitarizar a Japón. Tokio, a su vez, acusa a su vecino de aferrarse al pasado por razones de política interna e insiste en que durante los últimos 70 años se ha disculpado bastante y ha cimentado una senda de paz, recuerda France Presse.

Otro de los hallazgos de la encuesta es que el 53,4% de los chinos prevé una confrontación militar en medio de las tensas relaciones políticas bilaterales. En cuanto a los japoneses, un 29% cree que habrá un enfrentamiento armado entre los dos países.

Independientemente de las diferencias entre ambos gobiernos, el sondeo señala que el 70,6% de los japoneses y el 65% de los chinos consideran importantes las relaciones bilaterales. En cuanto a las cumbres de líderes (suspendidas desde 2012, cuando Abe asumió), más de la mitad de los encuestados en los dos países manifestaron que son necesarias.