Los dos principales jefes del servicio de inteligencia del Ejército colombiano fueron relevados de sus cargos a raíz de una denuncia periodística sobre un presunto espionaje contra varias personas, entre ellas algunos de los negociadores del gobierno en el proceso de paz con las FARC.
El anuncio fue hecho por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien dijo que saldrán de sus cargos los generales Mauricio Ricardo Zúñiga y Jorge Andrés Zuluaga, director de Inteligencia y jefe de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército, respectivamente.
La denuncia fue hecha por la revista "Semana", que reveló que el espionaje empezó en 2012, poco antes del anuncio del comienzo de las negociaciones, para lo cual los militares usaron como fachada un pequeño local que funcionaba a la vez como restaurante y centro de informática en Bogotá.
El reportaje de la revista, que consultó a fuentes cuya identidad no descubrió, señala que entre los personajes espiados estuvieron Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador, así como Sergio Jaramillo y Alejandro Éder.
El espionaje también afectó a dirigentes izquierdistas que no participan en el proceso de paz y que ya antes habían sido objeto de interceptaciones ilegales de comunicaciones, como la ex senadora Piedad Córdoba y el congresista Iván Cepeda, según la fuente.
Córdoba dijo que prepara una demanda contra el Estado ante organismos internacionales por este caso, aunque señaló que no cree que el presidente Juan Manuel Santos hubiese estado enterado de lo ocurrido.
"No creo que el presidente haya dado esa orden. El presidente está cercado por los enemigos del proceso de paz", dijo Córdoba.
Santos señaló que la investigación interna del Ejército y la de la Fiscalía General deben llegar "hasta el fondo" y se preguntó si detrás de lo ocurrido están "fuerzas oscuras" que tratan de sabotear las negociaciones entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Le he dado instrucciones perentorias al ministro Defensa y a los comandantes de las Fuerzas Militares para que investiguen hasta el fondo sobre esta situación. ¿Hasta dónde ha podido llegar este uso ilícito de la inteligencia, quién está detrás, quién puede estar interesado en investigar, grabar, interceptar a nuestros negociadores?", dijo Santos.
La revista también reveló que la Fiscalía General registró la semana pasada el lugar donde al parecer se efectuaba el espionaje.
"En el interior del lugar los investigadores no encontraron mayor cosa. Sin embargo, tras una pesquisa minuciosa ubicaron una puerta falsa y en su interior más de diez computadores escondidos. El hallazgo hasta ese momento no era prueba de actividad ilegal. No obstante uno de los responsables del sitio se identificó con una cédula que resultó falsa y posteriormente contó que trabajaba para la inteligencia militar", señaló la revista.
El ministro Pinzón anunció los relevos en la jefatura de la inteligencia militar tras conversar con el fiscal general, Eduardo Montealegre, sobre los primeros resultados de la investigación.
Pinzón dijo que las Fuerzas Militares deben tener un comportamiento ético y que sus miembros no pueden incurrir en violaciones a la Constitución o la extralimitación de sus funciones.
El funcionario señaló que, siguiendo las instrucciones del presidente, se procedió a abrir una investigación disciplinaria por parte de la Inspección General del Ejército, cuyos primeros resultados se conocerán la próxima semana, al tiempo que la justicia penal militar también comenzará un proceso.
Las negociaciones para tratar de terminar el conflicto armado que afecta a Colombia desde hace cinco décadas arrancaron en octubre de 2012 en Noruega y al mes siguiente se trasladaron a La Habana, donde los delegados del gobierno y de las FARC ya han llegado a acuerdos en los dos primeros puntos de la agenda.
Los contactos empezaron en sigilo en 2010 y en agosto de 2012 el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) sorprendió con una denuncia de que su sucesor estaba "negociando en secreto", en momentos en que ya estaba en marcha el espionaje, según destacó "Semana".
Sin embargo, Uribe dijo que no tiene nada que ver con los militares que realizaron el espionaje.