Es uno de los clásicos del cine de terror y ahora le llegó su turno para caer en la moda de los remakes. En 1976 Carrie reunió al director Brian de Palma con las actrices Sissy Spacek y Piper Laurie para llevar a la pantalla grande la novela de Stephen King sobre una chica que vive con su patológicamente conservadora y religiosa madre y descubre que tiene poderes telekinéticos que se salen de su control al vivir el abuso de sus compañeros de clase. Ahora son Julianne Moore y Chlöe Grace Moretz (Hugo) las encargadas de los roles protagónicos, mientras que Kimberly Peirce (Los muchachos no lloran) se encarga de la dirección de la nueva entrega, que se estrena el jueves.

"La película es un ícono. Nadie podría haber interpretado mejor esos roles que Sissy Spacek y Piper Laurie", reconoce Moore sobre su aprensión al considerar el rol inicialmente, sentada en  el Hotel Ritz-Carlton de Cancún frente a un grupo de periodistas. Con todo, la actriz asegura que no pudo evitar involucrarse en el proyecto: "Este es un personaje muy extremo y me interesó mucho el tema de las relaciones que hay en la película", apunta, agregando que "no es sólo una cinta de terror".

Por su parte, Moretz cuenta que no quiso ver la cinta original de nuevo, como parte de su preparación para el rol,  sino que optó por ir "a muchos refugios y conocí a muchas chicas y mujeres que sufrieron distintos tipos de abuso", y añade: "Al escuchar sus historias y lo que vivieron, siento que he aprendido mucho, no sólo para Carrie".

La protagonista cuenta, además, que una de las variaciones de esta versión es que moderniza su trama, incorporando el uso de las redes sociales y su uso como herramienta de bullying.

Peirce, por su parte, detalla que aunque el filme mantiene la historia central y las imágenes icónicas, como la de la protagonista bañada en sangre, uno de los puntos importantes para diferenciar su cinta de la original fue "modernizarla y asegurarme de que los medios sociales y el uso de celulares, además de grabaciones y de subir cosas a internet, fuera lo que se saliera de control".

Desde su estreno en el resto del mundo , el 18 de octubre, la cinta ha recaudado 52 millones de dólares y en EE.UU. recibió críticas mezcladas. Así, Variety opinó: "La película abandona el ingenio diabólico de De Palma y su voluptuoso estilo en favor de la ya conocida receta de las películas de horror de los objetos puntudos, efectos tétricos de sonido y oscuros ríos de sangre en un remake sombrío y directo". Mientras que The Hollywood Reporter aportó:  "Esta es una versión más ingenuamente honesta, pero igualmente interesante que debería conectar con los adolescentes contemporáneos".