A voluntad de las farmacias quedará, finalmente, la venta de medicamentos en góndolas al interior de los locales y el expendio de remedios en dosis unitarias. Así lo dispone el nuevo reglamento de la Ley de Fármacos,  que incluye los cambios que se  hicieron tras la fase de consulta pública y que genera rechazo entre las organizaciones de consumidores.

La norma establece un marco regulatorio para el acceso, venta y prescripción de medicamentos y disposiciones para el horario y turno de farmacias,  entre otras materias.

Respecto a la venta de remedios en estanterías -que perseguía evitar la intermediación de un vendedor y mejorar la transparencia, al permitir al consumidor comparar productos- Tatiana Tobar, Jefa del departamento de política farmacéutica del Ministerio de Salud, sostuvo que "había una propuesta de que esto fuera voluntario y otra de que fuera obligatorio, y se ha decidido que la instalación sea voluntaria".

Sobre el punto, el subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, dijo que se recibieron observaciones que concluyeron que la redacción de la ley no permitía hacer obligatorios los estantes. "Por eso decidimos hacerlo opcional, porque lo más probable es que hubiese sido reparado por Contraloría".

En cuanto a la venta de  remedios en dosis unitarias,  (que en el borrador de la norma se planteaba regiría para fármacos con receta médica, como relajantes musculares y antibióticos) , Tobar dijo que "en un principio estaba obligatorio", pero "el riesgo de fraccionar en cualquier farmacia y en condición inadecuada es mucho, por lo tanto el fraccionamiento, igual que los recetarios magistrales, va a ser voluntario".

Además, se acordó aplazar en un año los próximos decretos de bioequivalencia, certificación que hoy poseen  663 productos de 2.438.  "Hay 1.775 que no han cumplido con la exigencia", dijo el director (s) del instituto de Salud Pública. Roberto Bravo.

Burrows, añadió que la bioequivalencia "no ha tenido, desde el punto de vista de precios de los medicamentos y del acceso, un impacto positivo; al contrario, ha habido una disminución de la disponibilidad de algunos principios terapéuticos y el encarecimiento de algunos de esos rubros". Sobre la premisa de que el proceso reduciría el precio de los fármacos, agregó que "lamentamos las promesas incumplidas e incumplibles del gobierno anterior" (ver recuadro).

Reacciones

Respecto a los cambios, Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), dijo que son "un retroceso", pues "las góndolas son el lugar preciso para que los consumidores puedan consultar los precios".

Stefan Larenas, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, ODECU, dijo que "las farmacias deben ofrecer medicamentos de forma fraccionada y según sus necesidades. Eso fue una pelea larga, y darle una alternativa opcional es torcerle la mano a la ley".

Los laboratorios, en cambio, respaldaron la norma, que en los próximos días será enviada a la Contraloría.

Jean Jacques Duhart, presidente de la Cámara de Innovación Farmacéutica, dijo que hacer voluntario el fraccionamiento "es el enfoque adecuado. Implica que no se pone una camisa de fuerza" y agregó que el proceso "debe ser parcelado, sin poner en riesgo a las personas".

El presidente de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa), Elmer Torres, manifestó que "las autoridades han evaluado y escuchado la opinión técnica. Los cambios me parecen adecuados. Sobre el fraccionamiento, en todos los idiomas se dijo que era muy complejo".

El diputado Juan Luis Castro, dijo que en su audiencia con la Presidencia pedirá una explicación. "Por más presiones que hayan, no puede cambiar el sentido de la Ley".

El ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que "la demora de los reglamentos de la Ley de Fármacos es perversa. Atrasa un beneficio para la ciudadanía, permite que sigan existiendo incentivos que dañan a los pobres y enfermos, y siembra dudas sobre la permeabilidad a la influencia de la industria". Añadió que "el objeto preciso de la Ley es que materias específicas fueran obligatorias, y no voluntarias, como ahora se propone, porque así nunca ocurrirán" (ver columna en pág 10).

Cadenas de farmacias declinaron referirse al tema.