Para el atleta peruano Giuseppe Lanzone, que representará a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos Londres 2012, crecer en la exclusiva península del Callao le puso en contacto desde niño con el mar y ello le condicionó la vida.
El hecho de haber nacido en esta península peruana, refugio de una elite de origen italiano a la que pertenece, significó estar por siempre destinado al mundo acuático.
"Crecí corriendo olas, jugando fútbol y navegando con mi familia", explicó Lanzone desde Princeton (Nueva Jersey), donde se prepara para su segunda participación en unos Juegos Olímpicos con el equipo estadounidense de ocho remeros, que buscan la gloria dorada en Londres.
Luego de mudarse a Estados Unidos, con apenas 15 años, se encontró en Annandale, Virginia, intentando jugar al fútbol americano, debido a sus casi dos metros de estatura.
Sin embargo, descubrió que tenía grandes oportunidades para el remo, actividad con la que ganó una beca para la Universidad de Washington.
Y a punta de perseverancia, cualidad que considera clave para lograr buenos resultados en el deporte que practica y en la vida en general, logró meterse al equipo olímpico estadounidense hace siete años.
Para Lanzone, campeón nacional en 2009 y 2007 y medalla de plata en los Mundiales de Múnich en 2010, el reto de Londres es significativo por cuanto se trata del evento deportivo más importante en su modalidad.
"Uno nunca se prepara lo suficiente para unos Juegos Olímpicos", dijo sobre la meta de superar el noveno lugar que ocupó con su equipo en la pasa edición de Pekín 2008.
Para ello deberán superar a equipos de demostrada fortaleza como el alemán, el canadiense, el australiano, el holandés y el polaco.
En un período normal entrena unas dos horas y media por la mañana y otro tanto en las tardes de los lunes y los miércoles, además de horas adicionales de práctica diaria, con lo cual lleva a cabo algún tipo de actividad deportiva los siete días de la semana.
"Esto es más un estilo de vida", explicó el remero masculino del año 2010 en Estados Unidos.
Lanzone prefiere hablar poco sobre la próxima competencia, porque, indicó, está mucho más concentrado en las lecciones que le puede dejar la "siguiente práctica", en una demostración de la concentración que buscan en esta etapa preolímpica.
"Tenemos la condición física pero necesitamos más velocidad y mejor ritmo, además de afinar el arranque y el final", explicó sobre las mejoras que necesitan para aspirar a lo más alto del podio.
Pese a representar al equipo estadounidense, debido a no haber encontrado apoyo suficiente para hacerlo por su país de origen, Giuseppe se siente totalmente peruano y reconoció que su amor por la competencia es quizás algo que le viene en los genes.
"Mi madre y un par de tíos fueron buenos competidores de vela, llegando a ser terceros en los campeonatos mundiales de su época", recordó con nostalgia al hablar de su familia y de los lazos que todavía lo unen con su patria natal.
A sus 29 años, con 13 de experiencia en el mundo del remo, su meta luego de abandonar la competición profesional es convertirse en instructor universitario de su disciplina.
"He aprendido mucho de muy buenos entrenadores y ahora es mi turno de enseñarlo a quienes vienen detrás", afirmó.
Y es que en su memoria todavía está vivo el ejemplo de esfuerzo y trabajo duro que le han dejado sus padres, así como su primer entrenador, Jim Mitchell, con quien practicó en el colegio y luego en la universidad.
"(Mitchell) siempre ha sido un gran soporte para mí, no solamente como atleta, sino también como persona", concluyó Lanzone sobre quien tal vez ha sido la figura más determinante en su vida de atleta de alto rendimiento.