Tal como ocurrió el primer mes de 2017, el dato de crecimiento de las remuneraciones a nivel nacional alcanzó un nuevo peak de debilidad en febrero, ratificando una desaceleración que persiste los últimos cuatro meses.
Según constató el INE, el índice de remuneraciones nominales creció un 4,2% en febrero (12 meses), el menor incremento desde septiembre de 2010. En tanto, la variación mensual arrojó una caída de 0,4%, siendo la mayor contracción desde que se realiza la serie de remuneraciones (2009), lo que de acuerdo a expertos da cuenta de la mayor debilidad económica que se arrastra desde el cuarto trimestre de 2016.
Incorporando la inflación en la medición -por tanto acercándose al poder adquisitivo de estos- el índice de remuneraciones reales registró un incremento anual de 1,4% en febrero, siendo la menor alza desde julio de 2016. Comparado a enero, tuvo su mayor caída mensual desde abril de 2016 (-0,6%).
Alejandro Alarcón, economista de la U. de Chile, remarcó su visión de que los próximos meses "veremos una mayor desaceleración de los salarios", lo que vendría ligado también a un mayor deterioro del mercado laboral. "Los economistas vemos trayectorias, y ya se puede prever una tendencia hacia el 1% de crecimiento en 2017, lo que ratifica el escenario negativo del IPoM del Banco Central", aseguró.
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Por su parte, Tomás Flores, economista jefe de FX One, remarcó que "este es un nuevo síntoma de deterioro del mercado laboral, lo que empieza a confirmar el escenario de riesgo de una mayor debilidad en el consumo". Además, el experto agregó que "el sesgo comienza a empujar hacia el 1% de crecimiento".
En la misma línea se expresó Juan Bravo, investigador de Clapes UC, quien agregó que sumando la destrucción del empleo asalariado a la desaceleración de las remuneraciones, la masa salarial anotó su primera contracción desde 2001.
"Lamentablemente, el ajuste no ha terminado", aseguró el experto, señalando que el mayor desempleo observado "quita poder de negociación a los trabajadores". De esta manera, Bravo sostuvo que "ya se está materializando la visión negativa del Banco Central, y puede ser incluso peor a lo esperado. Las empresas están haciendo ajustes de planilla muy grandes, como se vio en la caída del empleo asalariado en el último trimestre móvil (-2,1% en doce meses)".
40 horas semanales
Considerando este contexto económico, los economistas alertaron por el efecto negativo que podría generar el reducir la jornada laboral mediante un proyecto de ley. Esto, si bien el informe del INE indica que las horas efectivas trabajadas se han reducido (ver recuadro).
Según indicó Alarcón, "la historia no respalda el supuesto aumento en productividad que indican los propulsores de la iniciativa", agregando que "es un tremendo error económico en una desaceleración, solo generará más desempleo".
Con esto, y buscando zanjar la polémica que surgió entre Hacienda e Interior, la ministra vocera, Paula Narváez, ratificó que "el gobierno no ha decidido el patrocinio, no estamos por el patrocinio de este proyecto", en parte por el delicado estado actual de la economía.