Denzel Washington asesinaba y torturaba a cualquiera que se interpusiera en su misión de recuperar a una niña secuestrada en Hombre en llamas (2004). Lo mismo hacía Liam Neeson en Búsqueda implacable (2008), cuando traficantes de mujeres raptaban a su hija. La película de venganza es todo un sub género dentro del cine de acción. Pero dentro de éste, el caso de John Wick (2014) es particular, partiendo por la motivación del personaje homónimo: un asesino a sueldo retirado que inicia un camino de muerte y violencia persiguiendo a miembros de una organización criminal que le robaron el auto y asesinaron a su cachorra mascota.

Una premisa algo ridícula, que podría adelantar una película de acción clase B más satírica que seria. Por eso fue una sorpresa cuando la crítica se rindió ante la película, aclamando desde su fotografía hasta su estética y sus complejas secuencias de acción, que transformaban las escenas de balaceras en elaboradas coreografías. Pero por sobre todo, se destacó el regreso de Keanu Reeves al género que lo consolidó en Hollywood. El actor de Point break, Máxima velocidad y Matrix se había mantenido alejado por casi una década de las cintas de acción, con resultados en su mayoría negativos, siendo el más reciente 47 Ronin (2013), que generó pérdidas millonarias. Su vuelta a los orígenes fue catalogada por la crítica norteamericana como Keanussance (juego de palabras entre su nombre y "renacimiento"). Por primera vez, desde que dejó de interpretar a Neo, el actor encontraba un personaje que lo devolvía a la primera línea del mundo del entretenimiento.

La cinta recaudó sobre US $ 84 millones en todo el mundo; más de cuatro veces su presupuesto, prácticamente asegurando el inicio de una franquicia.

Hoy llegó a los cines John Wick 2, donde Reeves nuevamente interpreta al letal asesino de pocas palabras y muchas balas.

La nueva historia comienza minutos después del final de la primera película, con el personaje principal con un nuevo perro, y buscando su auto. Cuando Wick piensa que podrá volver a su vida de retirado, una figura de su pasado invoca un pacto de lealtad para obligarlo a realizar un último trabajo como sicario. La misión lleva a Wick a Europa, donde todo se complica cuando una traición lo deja siendo perseguido por algunos de los asesinos más letales del planeta. Lo que no impide que el protagonista jure matar a cualquiera que se le acerque.

Para los seguidores de una de las películas más icónicas de Reeves, John Wick 2 incluye un atractivo especial: el actor se reúne por primera vez con Laurence Fishburne, su co-estrella en la trilogía Matrix. Aquí, el rostro detrás de Morpheus interpreta a un líder criminal que asiste a Wick en su lucha contra quienes lo persiguen.

Para la crítica, la secuela no perdió la emoción que transformó a la primera parte en un éxito. "John Wick 2 es la cosa real cuando se trata de pirotecnia: es cine puro, un cohete de adrenalina, imagen y sonido que explota al contacto", aseguró en su reseña la revista Rolling Stone, mientras que la revista Time opinó: "En los 90, Reeves a veces era catalogado, por gente que no sabía mucho, como un actor bonito pero tonto. Pero eso es porque su inteligencia como actor es de la que se aprecia lento (...), aquí, Reeves es asombroso en su consistencia".

En Estados Unidos, la cinta llegó la semana pasada, y la taquilla de su estreno duplicó lo ganado en su primer fin de semana. La franquicia ya tiene asegurada una tercera entrega. Mientras, la primera película se puede encontrar en Netflix.