El obispo de Limerick, Donal Murray, renunció hoy a su cargo tras su mal manejo en el caso de abusos a niños por parte de sacerdotes en la República de Irlanda entre 1975 a 2004.
Un reporte sobre los abusos de religiosos en la Arquidiócesis de Dublín concluyó que la intervención de Murray de uno de los casos mientras se desempeñaba como obispo auxiliar en la década de 1980 fue "inexcusable".
El Vaticano informó hoy que el Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia del obispo de Limerick.
"Se muy bien que mi renuncia no puede deshacer el dolor que los sobrevivientes de los abusos han sufrido en el pasado y siguen sufriendo cada día", afirmó Murray en un comunicado.
El Reporte Murphy por los abusos a niños en la Arquidiócesis de Dublín entre 1975 y 2004 fue muy crítico con la jerarquía de la Iglesia Católica por su manejo de los sacerdotes abusadores.
El informe reveló que muchos obispos estaban más preocupadas por preservar la reputación de la Iglesia en lugar de proteger a los niños.
Destacó que durante el tiempo en que Murray fue obispo auxiliar en Dublín, entre 1982 y 1996, él hizo caso omiso a varias denuncias contra el sacerdote abusador de menores Tom Naughton.
En mayo de 1998, Naughton se declaró culpable por seis cargos de abusos indecentes a tres niños, entre 1985 y 1986. El sacerdote fue sentenciado a tres años en prisión, pero sólo cumplió con una condena de dos años y medio, tras ganar una apelación.
Este miércoles, Naughton fue sentenciado nuevamente a prisión, en este caso por el abuso sexual a un monaguillo durante tres años, entre 1982 y 1984.
El prelado destacó hoy que analizó en detalle el Reporte Murphy antes de tomar la decisión de renunciar.
"Pido perdón nuevamente a todos aquellos que fueron abusados de niños. A todos aquellos sobrevivientes de abusos, reitero que mi principal preocupación es asistir de toda forma posible en el viaje hacia la serenidad y el cierre (del dolor)", subrayó.
Murray, que la semana pasada se reunió con el Papa en el Vaticano para hablar sobre su caso, admitió que su presencia en el obispado de Limerick "creará dificultades" para algunos de los sobrevivientes de abusos.