John Biehl, representante de la OEA enviado a Honduras para preparar el arribo de una comisión negociadora, relató que fue detenido durante seis horas en ese país, donde un militar de civil lo conminó a decidir, en minutos, si se quedaba en Tegucigalpa o aceptaba la deportación.
El gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti prohibió ayer domingo el ingreso de una delegación enviada a Honduras por la OEA.
Los otros cuatro miembros del grupo que integraba el chileno Biehl aceptaron abandonar Honduras, donde habían sido detenidos al llegar a ese país.
Un estadounidense fue deportado a su país mientras otro ciudadano de la misma nacionalidad más un colombiano y un canadiense viajaron anoche hacia Costa Rica.
"A mí me sacaron de la fila cuando íbamos camino a un avión que nosotros no sabíamos cuál era. Me llamó un señor que terminó por ser un coronel de civil y de manera verbal y bastante ruda me dijo que tenía dos minutos para decidir si quería quedarme en Honduras o irme deportado", relató Biehl a radio Cooperativa.
"También, de la manera muy ruda en la que me trataba, me dijo 'yo sólo obedezco órdenes'. Yo decidí quedarme", agregó.
Biehl añadió que anoche se reunió en Tegucigalpa con quienes pretenden ser candidatos en la elección programada para el 29 de noviembre y con representantes de la Iglesia Católica para comenzar a trabajar en la búsqueda de un consenso.
El gobierno de facto decretó estado de sitio por 45 días en respuesta al llamado del Presidente constitucional Zelaya, alojado en la embajada de Brasil, para que se efectúen marchas de resistencia al régimen golpista.
Según Biehl, la situación en Tegucigalpa es de "expectación".
El canciller chileno, Mariano Fernández, recordó que Biehl es un estrecho colaborador del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, desde cuando hace años promovió su candidatura al premio Nobel de la Paz.