El voto que permite el debate sobre el proyecto de reforma sanitaria en el Senado fue un importante paso, pero según muestran hoy las enfrentadas posiciones entre republicanos y demócratas, la reforma no está tan cerca.

Un día después de la votación, senadores de ambos partidos mostraron sus diferencias en los programas políticos dominicales.

El senador republicano de Tennessee, Lamar Alexander, aseguró en el programa Fox News Sunday que aunque haya pasado esta votación el proyecto de ley colapsará durante el debate debido al alto costo.

Algo que rechazó la senadora demócrata Debbie Stabenow, que afirmó que la reforma no sólo permitirá reducir los costes sanitarios, sino salvar 3,5 millones de empleos.

En los mismos términos la senadora demócrata por Pensilvania, Arlen Specter, señaló que pese a las cifras que marca el proyecto esta reforma puede ayudar al país a ahorrar 800.000 millones de dólares en 20 años.

Los demócratas tienen 58 de los 100 escaños del Senado y suelen contar con el voto de dos senadores independientes, a los que tendrán que volver a convencen para que se unan a ellos.

Una tarea que no será fácil, puesto que las objeciones al plan actual, calculado en 849.000 millones de dólares a diez años, ya están sobre la mesa.

"No quiero que los problemas de nuestro sistema de la salud creen más crisis económica", dijo el senador independiente Joseph Lieberman, en el programa Meet the Press, de CNN. Un extremo que coincide con los republicanos, que consideran que en tiempos de crisis una reforma sanitaria agravará el déficit fiscal.

La propuesta del senado quiere dar cobertura médica a casi 31 millones de personas y recoge la "opción pública", que también propuso la Cámara de los Representantes y que permitiría al Gobierno competir con las aseguradoras privadas en la cobertura sanitaria.

Por otra parte, obliga a los estadounidenses a comprar un seguro médico, igual de obligatorio al que aplica para los automóviles, y multa a las aseguradoras que nieguen cobertura a personas con problemas médicos preexistentes.

El presidente Barack Obama mostró su "satisfacción" tras conocer el voto del Senado para "acabar con los abusos de las compañías de seguros" y mejorar la calidad de la cobertura, dijo en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

Sin embargo, Lieberman y los senadores demócratas moderados, Ben Nelson, de Nebraska, Mary Landrieu, de Luisiana y Blanch Lincoln, de Arkansas, que accedieron avanzar en el debate, han subrayado que no respaldarán proyecto de ley a menos que haya cambios sustanciales.

"No quiero que cuatro senadores demócratas dicten a los otros 56 y al resto del país que la opción pública, que tiene muchos más apoyos, no tiene que estar en el proyecto", dijo el senador Sherrod Brown en el programa Estate of the Union, de CNN.

El presidente Obama aseguró que esa opción sólo estaría disponible para los más desfavorecidos y sólo sería un medio para lograr la cobertura asequible para todos.

No obstante, los republicanos consideran que la "opción pública" es una injerencia del Gobierno en el sector privado que no mejorará el cuidado de la salud ni reducirá sus costos, y tampoco disminuirá el déficit fiscal.

El debate se presenta difícil y aunque los demócratas esperan que haya una votación antes de Navidad el texto resultante tendría que consensuarse con el proyecto que se está debatiendo en la Cámara de Representantes, por lo que los analistas políticos ven difícil que Obama pueda ver cumplido su objetivo de firmar la ley en 2009.