Los republicanos consiguieron el martes una contundente victoria al arrebatar el control del Senado a los demócratas en los comicios legislativos de mitad de mandato en Estados Unidos, un duro revés para el presidente Barack Obama que tendrá que lidiar con mayorías opositoras en ambas cámaras los próximos dos años.
Los republicanos controlarán el Senado de 100 miembros por primera vez desde las elecciones del 2006. Las proyecciones de las cadenas de televisión de Estados Unidos además descontaban que consolidarán su control de la Cámara de Representantes, como anticipaban las encuestas.
La elección es el cambio político más dramático desde que Obama llegó a la Casa Blanca a comienzos del 2009, lo que podría forzar al presidente a hacer más concesiones de las que quisiera a sus opositores republicanos.
Los candidatos republicanos les arrebataron a los demócratas escaños en el Senado de los estados de Montana, Colorado, Virginia Occidental, Dakota del Sur, Arkansas, Iowa y Carolina del Norte.
En una muestra de su disposición a entenderse con sus opositores, Obama invitó a los líderes republicanos y demócratas de ambas cámaras del Congreso a una reunión en la Casa Blanca el viernes.
Los bajos niveles de aprobación a la gestión del presidente, el enfrentamiento partidario en Washington y una economía que no crece lo suficiente para ayudar a muchos de la clase media fueron los temas principales para los votantes en los comicios para elegir 36 senadores, 36 gobernadores y los 435 miembros de la Cámara de Representantes.
Obama, que tiene una aprobación del 40 por ciento que lo convirtió en un lastre político en algunos estados, calificó la elección como crítica en una entrevista radial en Carolina del Norte el martes.
"Si perdemos Carolina del Norte, perderemos el Senado y si perdemos el Senado entonces los republicanos establecerán la agenda", dijo Obama antes de conocer los resultados en ese estado.
Un sondeo de Reuters/Ipsos mostró que un 75 por ciento de los que respondieron creen que el Gobierno de Obama necesita "repensar" cómo abordar los temas más importantes que enfrenta actualmente Estados Unidos.
Un 64 por ciento de los que respondieron dijeron que Obama debería reemplazar a algunos de sus más importantes asesores tras las elecciones legislativas.
Pero un funcionario de la Casa Blanca manifestó dudas frente a la posibilidad de grandes cambios, sin importar el resultado del martes.
"Estamos hablando de votos en un montón de estados que no votaron por el presidente", comentó el funcionario.