Tras dos semanas de vacaciones en Hawai junto a su esposa Michelle y sus dos hijas, Barack Obama regresó el domingo a Washington y a partir de hoy deberá hacer frente a un Congreso que será completamente adverso a su gestión.
El Partido Republicano asumirá el Legislativo con mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes. La idea de la oposición a Obama es impulsar una agenda que podría frenar los avances del mandatario respecto de Cuba, inmigración y políticas energéticas, que incluye la aprobación del oleoducto Keystone XL.
El Senado tendrá 54 legisladores republicanos y 46 demócratas, mientras que la Cámara Baja estará compuesta por 247 opositores a Obama y 188 congresistas del Partido Demócrata. En el caso de la Cámara de Representantes, los republicanos tendrán su margen más amplio desde 1928, cuando lograron 270 congresistas.
En el caso del proyecto Keystone XL, los demócratas lo rechazan por su posible amenaza al medio ambiente. En cuanto a la inmigración, los republicanos quieren cortar el financiamiento al plan de Obama para evitar la deportación de ciudadanos centroamericanos.