El operativo comenzó en el municipio de Barranco de Loba, donde se liberaron 800 "babillas" (Caimán Crocodrylus Fucus) dentro de un programa empresarial puesto en marcha en el departamento colombiano de Bolívar y que contempla el regreso a su hábitat de 7.000 animales en los próximos siete meses.

Los pequeños caimanes tienen dos años de edad y miden entre 75 y 90 centímetros: "Les hacemos un seguimiento para que los campesinos las protejan y no las maten", explicó a Efe Hernando Marriaga, gerente comercial y propietario del Zoocriadero Colombian CROCO, empresa dedicada a la comercialización de las pieles.

Este proyecto busca que a corto plazo estos animales se conviertan en reproductores naturales y permitan al Zoocriadero Colombian CROCO hacer una explotación mixta, es decir, una parte en criadero y otra en el hábitat natural, con lo que se podrán bajar los costos operativos hasta un 70 por ciento.

Zoocriadero Colombian CROCO exporta cada año unas 25.000 pieles de "babilla" a Tailandia, Singapur y México a unos precios que varían, dependiendo del tamaño, entre los ocho y diez dólares para una talla de 25 centímetros, y 25 dólares por pieles de 1,20 metros.

Con estas pieles se fabrican accesorios como cinturones, carteras y calzado, explicó Marriaga.

El criadero cuanta con cerca de 8.200 caimanes reproductores (75 por ciento hembras y el resto machos), los cuales procrean 49.000 babillas al año.

Marriaga sostuvo que pese a que el mercado se resintió por la recesión económica de 2008 y 2009, en el último año su empresa exportó 25.000 pieles de un total de 350.000 vendidas por Colombia al exterior.

Este zoocriadero trabaja con cazadores nativos, quienes por su experiencia tienen más habilidades para proteger la fauna endémica.

Pero algunos pobladores están en desacuerdo con la repoblación porque creen que pone en riesgo el equilibrio del ecosistema, así como la precaria economía de los cerca de 10.000 habitantes de la localidad poblado dependen de la pesca para su sustento.

Un lugareño, que afirmó ser profesional en zootecnia, dijo a EFE que la liberación de las babillas "acabará con las arencas", un pez que es básico en la alimentación de la población.

Es en estas tierras recónditas de Colombia donde los caimanes empiezan a vivir en libertad hasta que les llega la hora de ceder sus pieles a la industria.