El índice de aprobación de la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, repuntó en un sondeo de opinión publicado hoy, lo que sugiere que una serie de escándalos de corrupción que afectaron a su gobierno no causaron un daño duradero.

La aprobación personal de Rousseff subió cuatro puntos porcentuales a un 71% en el sondeo de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope), en un movimiento de recuperación, tras caer 6 puntos porcentuales en el sondeo de julio.

A su vez, una mayoría de los encuestados, un 51%, calificaron sus nueve meses de gobierno como bueno o muy bueno, más que el 48% de julio.

Rousseff, ha enfrentado un ambiente económico cada vez más duro desde que asumió su mandato el 1 de enero, caracterizado por una persistente inflación y una marcada desaceleración del crecimiento, incluso antes de la caída de los mercados globales en semanas recientes.

Su anuncio de un recorte de 30.000 millones de dólares del presupuesto de este año provocó descontento dentro de su diversa coalición de gobierno, que alimentó una serie de escándalos que llevaron a la renuncia de cinco ministros.

La seguidilla de escándalos y renuncias se ha mitigado en las últimas semanas. El último ministro en abandonar su cargo fue el titular de Turismo, el 14 de septiembre.

Los índices de aprobación de la presidenta son cruciales para medir su capacidad de obtener apoyo en el Congreso e impulsar una agenda de reforma económica que se ha visto retrasada por su difícil relación con los legisladores. Un deterioro de la economía brasileña más tarde este año, cuando sienta el impacto del malestar económico en Estados Unidos y Europa, amenazaría com minar su popularidad y plantear nuevas dudas sobre su capacidad de impulsar su agenda legislativa.

En el sondeo CNI/Ibope fueron entrevistadas 2.002 personas entre el 16 y el 20 de septiembre en todo Brasil y el estudio tiene un margen de error de 2 puntos porcentuales.