Danilo González (47) cuenta que, en el verano de 1986 y durante dos semanas, no se pudo ver el sol sobre la localidad de Chaihuín, a 40 kilómetros de la costa de Valdivia. La comunidad de González, en la Región de Los Ríos, fue testigo de grandes incendios ocasionados por empresas forestales, que querían limpiar el terreno con el fin de dar paso a las plantaciones de eucaliptus donde antes había selva valdiviana, lo que oscureció el cielo por días.

González hoy se desempeña como guardaparque de la Reserva Costera Valdiviana. Se trata de un área silvestre protegida privada, de 50.200 hectáreas, que en el pasado fue una zona de explotación maderera. "Siento que haciendo este trabajo, de alguna manera, ayudo a una zona que fue brutalmente afectada en el pasado", dice.

Tras la quiebra de la firma forestal que operaba en el sector, el predio fue adquirido, en 2003, por la Organización No Gubernamental The Nature Conservancy (TNC), con el fin de proteger el bosque siempreverde, alerces y grandes olivillos, que sólo habitan en la cordillera "pelada" o de la costa, que en ese sector se hunde en el mar.

A esto se suma una valiosa fauna, que incluye pumas, pudúes, monitos del monte y pájaros carpinteros. Precisamente, por su riqueza en biodiversidad, la iniciativa recibirá US$ 20,4 millones por parte de la empresa BHP Billiton, entidad que efectuó una convocatoria internacional -a la que postuló TNC-, con el objetivo de premiar los mejores sitios para la conservación.

Rodolfo Camacho, gerente de Medioambiente y comunidades de la firma, cuenta que se les entregarán los recursos entre 2013 y 2014, con el fin de que la ONG pueda pagar parte de la deuda por la adquisición del predio, y para que el resto de los fondos pueda servir como presupuesto a largo plazo.

Añade que estos recursos tienen como "principal objetivo la protección de 50.000 hectáreas de tierra, aguas vitales y sus especies endémicas".

Con estos recursos también se deberá efectuar una restitución de los bosques nativos, en predios que hoy son ocupados por eucaliptus. En el sector se llegaron a plantar 3.500 hectáreas con esta última especie, las que serán removidas para dar paso a 2,5 millones de árboles nativos. En algunos paños de la reserva ya se comienza a ver, poco a poco, una cobertura arbórea nueva. Hasta ahora, ya se han restituido alrededor de 100 hectáreas.

TURISMO

Maryann Ramírez, gerente de conservación de TNC Chile, afirma que, además de proteger las grandes extensiones -30 mil hectáreas están consideradas como "intangibles", pues no hay ingreso de personas-, se apos- tará por el turismo local. Así, se ha capacitado a guías locales, que conocen las rutas y riqueza en biodiversidad local, los que deben ser contratados por los turistas para ingresar a la reserva.

"Tenemos planificado tener senderos nuevos, que permitan potenciar el desarrollo turístico. Esto llevará a que haya más personas de la comunidad trabajando en torno a la reserva y con ello se pueda aportar a las comunidades", dijo.

A lo anterior se suma la instalación en el lugar de decenas de complejos de alojamiento, además de restaurantes que promueven los productos marinos autóctonos de las comunidades de pescadores de Chaihuín y Huiro.

El proyecto, presentado al fondo global de BHP Billiton, también considera que la reserva inicie este año un plan para la captura de carbono y, con ello, podrá iniciar la venta de bonos de esta sustancia. Se espera que la reducción neta de emisiones sea de 500 mil toneladas a 2023. La reserva posee 35 kilómetros de extensión en su costa y también está considerado impulsar la protección marina, junto a los pescadores locales. Se trata de un hábitat para fauna protegida, como ballena azul, delfines australes, lobos marinos, chungungos y pingüinos de Magallanes, además de recursos como locos.