El y la posibilidad de escasez de alimentos son hoy la principal preocupación de la embajada brasileña en Tegucigalpa, que desde este lunes alberga en sus dependencias al Presidente destituido de Honduras, Manuel Zelaya.

Según informó hoy a la televisión brasileña el encargado de negocios de la representación diplomática, Francisco Catunda Rezende, hoy se restablecieron los servicios de energía eléctrica y suministro de água, que ayer también habían sido interrumpidos.

"La embajada está virtualmente cerrada. No había luz, ahora ya se restableció, los teléfonos están cortados. Sólo podemos usar los (teléfonos) móviles... En cuanto a la alimentación, la situación hoy ya será más difícil. Ayer todavía pudimos comprarnos unas pizzas que fueron entregadas a una vecina de la calle de atrás y quien solidariamente nos las entregó a través de un muro".

"También mi mujer, que estaba acá ayer, logró irse a casa y envió un bulto con água mineral, leche y algunas cosas. Pero hoy es toque de queda todo el día, no hay comercio, no hay bancos, el edificio está virtualmente rodeado. Estamos en una situación algo delicada", afirmó.

El funcionario recordó que esta mañana fuerzas del gobierno de facto embistieron con bombas de gas lacrimógeno para dispersar a "por lo menos 5.000 manifestantes" que realizaban un acto de apoyo a Zelaya delante de la embajada.

"Eso causó cierto sobresalto, tanto en la calle como en la embajada", afirmó Rezende, quien agregó que ocho funcionarios hondureños -de los 12 que trabajan en la embajada- serán enviados a sus casas: "La embajada estadounidense nos apoyará en eso en lo que a seguridad se refiere".

Según Rezende, entre 50 y 60 personas están en este momento en la representación diplomática: "La idea, incluso del propio presidente Zelaya, es que una buena parte de esas personas abandonen la embajada porque, en una situación crítica como esa, es mejor tener a menos gente".

Unas 150 personas fueron detenidas mientras estaban apostados frente a la embajada de Brasil. El comisario de la Policía David Molina dijo a los periodistas que alrededor de un centenar de personas fueron detenidas por "irrespetar el toque de queda", que entró en vigor a las 16.00 horas locales del lunes (22.00 GMT), mientras que otras 49 fueron arrestadas por participar en disturbios. 

Diversos medios afirmaron hoy que la represión aplicada por la policía habría provocado la muerte de tres personas, sin embargo, la información aún no ha sido confirmada.

La capital hondureña vive un ambiente tenso desde que el lunes llegó por sorpresa el derrocado gobernante, 86 días después del golpe de Estado.

Zelaya fue expulsado del país el 28 de junio pasado por los militares y sustituido ese mismo día, por decisión del Parlamento, por Roberto Micheletti, entonces titular del Legislativo.