Durante décadas fue la imagen más conocida del Muro de Berlín y llegó incluso a decorar poleras, tazas y otros souvenirs. En 1990, Dimitri Vrubel tomó una imagen de un beso entre el ex mandatario soviético Leonid Brézhnev y el ex líder de la República Democrática Alemana Erich Honecker y la convirtió en el mural que decoró la larga pared que dividía a Berlín. La pintó en lo que había sido uno de los puntos más peligrosos de la ciudad (125 personas murieron tratando de cruzar el muro), transformándolo en un símbolo de libertad y derechos humanos. Esa pintura se mantiene hasta hoy, como protagonista de los 1.316 metros de pared que se mantienen en pie desde 1989. Tres años más tarde, las pinturas fueron declaradas monumento histórico.
Llamado "Galería East-Side", este fue el pedazo del Muro de Berlín de mayores dimensiones que se conservó. Desde mediados de los 80 hasta 1991, el sector fue lienzo para grafiteros y pintores que plasmaron sus imágenes, primero como protesta y, tras el fin de la Guerra Fría, como una forma organizada de celebrar la democracia. A 20 años de la caída del muro, esas 106 pinturas ya gastadas y sucias están siendo restauradas por los mismos creadores. Para ello, a principios de este año se tapó todo el muro con pintura resistente y, actualmente, los artistas están abocados a reproducir con exactitud sus obras originales.
Entre ellos, el Beso fraternal, de Vrubel, que él ha aclarado que no se trata de una apología al comunismo, sino de un retrato de "Europa y Rusia separadas por una línea y, al mismo tiempo, juntas". La obra también tenía una motivación más personal: su incapacidad para elegir entre su novia del momento y la anterior.
La restauración fue impulsada por el francés Thierry Noir, el primero en pintar el muro con dibujos que luego serían filmados por Wim Wenders en Las alas del deseo (1987). Entre los artistas provenientes de 21 países que participan de la restauración, también hay un chileno: César Olhagaray, ex integrante de la Brigada Ramona Parra, que residió en la República Democrática Alemana tras el golpe militar y que, en 1990, fue uno de los artistas que acudieron al llamado público de pintar el último pedazo de muro.