Las cervezas que comenzó a fabricar el inmigrante alemán Andrés Ebner en la ribera norte del Mapocho a partir de 1878 se hicieron famosas por su calidad, en un mercado que comenzaba a dar sus pasos en Valparaíso, Limache y Valdivia. En 1888 terminó de construir el nuevo edificio de calle Independencia -debido al incendio de la fábrica inicial- y que, además, serviría de residencia para su familia.

La cervecería Ebner ganaría fama, tanto que en 1916 la CCU se convertiría en el principal productor local tras adquirir precisamente la fábrica de Independencia, la misma que también elaboraba las gaseosas Bilz. La planta continuó en funcionamiento por casi un siglo, hasta su cierre en 1978, cuando el abandono trajo como consecuencia que la conocida mansión sufriera el deterioro que tiene hasta hoy.

Eso podría cambiar por el proyecto del empresario inmobiliario Luis Echavarri, quien quiere  convertirlo en un moderno centro de eventos, en el que se puedan realizar espectáculos artísticos.

Para ello, incorporará a la mansión y a sus construcciones industriales, en un edificio multipropósito, donde se conjugará la arquitectura ecléctica con un toque de modernidad. "Pensamos que todo lo que suceda en el interior del recinto va a tener la cualidad de conectarnos con dos mundos, que transformará cada experiencia en algo singular", asegura el empresario.

Echavarri cuenta que el inmueble fue adquirido hace 20 años en un remate judicial. Pero sólo hace algunos meses, cuando el sacerdote de la parroquia La Estampa, vecina al lugar, le pidió que se reunieran debido al mal estado de conservación de una pared colindante donde se quería instalar una imagen de San Expedito, le surgió la idea que el edificio pudiera transformarse. "Estoy seguro de que San Expedito algo tuvo que ver, ya que es conocido como patrono de cosas imposibles", señala Echavarri.

EL PROYECTO
De esa forma, y junto al arquitecto Nicolás Lipthay, comenzaron a diseñar el centro de eventos que se ubicará atrás del histórico edificio. "La primera observación que hicimos era cómo poníamos en valor el edificio antiguo, y resolvimos que teníamos que construir algo nuevo en el terreno vacío", cuenta Lipthay.

Es así como lograron diseñar una infraestructura de 5 mil metros cuadrados, que contará con dos pisos (uno de ellos VIP), tendrá capacidad para cuatro mil personas, un diseño acústico de alta tecnología y estacionamientos subterráneos. Además, pretenden que el centro se complemente con un espacio comercial y cultural a su alrededor.

Pero no será lo único, pues el proyecto también recuperará la mansión. "Si continúa en las condiciones que está, va a terminar cayéndose", dice el arquitecto.

El proyecto ya está en conocimiento del Consejo de  Monumentos Nacionales.