Los restos mortales de Nelson Mandela se encuentran ya en la capilla ardiente instalada en la sede del Gobierno de Sudáfrica, el Unions Buildings de Pretoria, que podrán visitar los sudafricanos.
El cortejo fúnebre, aunque inicialmente se anunció que recorrería diferentes partes de la ciudad, se limitó finalmente a un rápido traslado desde el Hospital Militar hasta la sede del Gobierno, en un trayecto seguido con emoción por centenares de personas.
"Ha sido mucho más emocionante que el servicio religioso que hubo ayer en el estadio de fútbol", comentó una mujer que madrugó para ver pasar los restos mortales de Madiba, transportados en un ataúd parcialmente cubierto con una bandera de Sudáfrica.
El vehículo que transportaba el féretro iba precedido por una veintena de agentes motorizados durante el recorrido, que custodiaba la guardia de honor y vigilaba desde el aire un helicóptero militar.
Los restos de Nelson Mandela han sido recibidos por familiares del expresidente en la sede gubernamental, donde se celebró una ceremonia privada antes de la apertura al público de la capilla ardiente.
La capilla permanecerá abierta hasta las 17.00 horas locales (15.00 GMT), cuando el cuerpo será trasladado hasta el Hospital Militar, en una operación que se repetirá mañana y el viernes.
Los restos de Mandela estarán en capilla ardiente tres días. Se espera que el miércoles más tarde, familiares de Mandela, funcionarios de gobierno y líderes extranjeros se acerquen al féretro. No está claro si el ataúd estará abierto o cerrado y las autoridades han prohibido las cámaras en el lugar.
El sábado los restos de Mandela serán trasladados por avión a Qunu, su lugar de nacimiento en la Provincia Oriental del Cabo, donde lo enterrarán el domingo.
Decenas de periodistas sudafricanos y de todo el mundo mostraron su malestar por la opacidad y los cambios en los planes de la organización del recorrido del féretro de Mandela por la capital de Sudáfrica y la capilla ardiente del expresidente.
"No hay comunicación ni información suficiente", dijo Melissa Chalila, reportera de investigación de un medio japonés.
Sus colegas de la prensa nipona también se quejaron de que el Gobierno anunciara a última hora que los periodistas no tendrían acceso a la capilla ardiente.
Por motivos de seguridad, solo un grupo reducido de informadores -entre los que se cuenta la televisión pública local, SABC- podrán visitar la capilla ardiente.