Atacama y O'Higgins son las regiones del país que registran la mayor brecha de puntaje de la prueba Simce de Matemática entre colegios de nivel socioeconómico alto y bajo, según los datos dados a conocer ayer por el Ministerio de Educación.
En Atacama, el establecimiento de estrato alto con mayor puntaje Simce en el test aplicado a los alumnos de cuarto básico es el colegio particular San Lorenzo, que promedia 324 puntos en la prueba, mientras que el mejor evaluado en el nivel socioeconómico bajo es la escuela Jesús Fernández Hidalgo, con 222 puntos. Aunque son los mejores puntajes dentro de su nivel socioeconómico, la brecha entre ambos es de 102 puntos.
Por su parte, en O'Higgins se produce un fenómeno similar, ya que, considerando la diferencia entre los colegios de mejor rendimiento en la prueba por nivel socioeconómico, la brecha alcanza los 94 puntos: el colegio inglés Saint John suma 325 puntos, mientras que la escuela municipal René Schneider Chereau, alcanza un promedio de 231 puntos.
En la IX Región de La Araucanía, la diferencia se estrecha a 67 puntos, pero sigue siendo una de las mayores registradas en el país. El mejor evaluado del estrato alto es el colegio Alemán, con un puntaje de 327, mientras que la escuela básica Miguel Huentelén suma 260 puntos en el Simce de Matemática.
En tanto, la menor diferencia se registra en la Región del Biobío, donde el colegio Deutsche Schule de Chillán registra 322 puntos, mientras que la escuela Las Arboledas, de estrato social bajo, suma 290 puntos. La diferencia entre los mejores de ambos niveles socioeconómicos se reduce a 32 puntos.
Cambiar las políticas públicas
Para el experto en educación e investigador del Centro de Políticas Comparadas de Educación (CPCE) de la Universidad Diego Portales, estos resultados indican la necesidad de concentrar esfuerzos en los colegios con peores desempeños.
"Estas diferencias, según estrato socioeconómico, se conocen hace 20 años, no son nuevas", sostiene.
"Y esto, lo único que nos dice, es que hay que preocuparse de los colegios que tienen malos desempeños, independiente de su sistema de financiamiento, porque hay malos colegios con todo tipo de sostenedores, ya sean católicos, laicos, con lucro o sin lucro".
Para ello, propone que estos centros educativos sean intervenidos con apoyo, capacitación y acompañamiento de los estudiantes que tienen deficiencias.
Además, propone mejorar la calidad de los profesores que atienden estos establecimientos. "El problema no tiene que ver con la ubicación geográfica, malos colegios hay en todas partes y todos ellos tienen problemas para atraer buenos profesores, porque son conflictivos. Para cambiar esto, es necesario cambiar las políticas públicas y hacer que estos malos colegios sean atractivos para buenos profesores", sentencia.