Los aluviones que afectaron a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo dejaron calles y caminos bajo una gruesa capa de barro. Según un catastro preliminar del Ministerio de Vivienda, sólo en la III Región hay alrededor de 14.167 viviendas dañadas, de las cuales más de nueve mil están situadas en Copiapó. De hecho, en algunos  sectores de esa ciudad el barro supera el metro de altura.

Luego de la destrucción, poco a poco han comenzado los trabajos para remover el abundante lodo en las zonas afectadas y retirar los escombros.

Según la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo (ind.), en esa ciudad se removieron  280 toneladas de barro en dos días. "Con camiones de la municipalidad y la ayuda de privados hemos retirado el barro, pero  necesitamos ayuda para limpiar las calles y recuperarlas", señaló la edil. La autoridad agregó que el trabajo de limpieza de las vías, por parte de la Dirección de Aseo de la comuna, tomará dos semanas, mientras que "la limpieza de microbasurales y limpieza de aceras puede tardar un mes".

En la Región de Atacama -la más afectada por la catástrofe-, el intendente Miguel Vargas indicó que "las labores de limpieza  ya comenzaron, hay una coordinación que está dirigida por la Dirección de Vialidad, los municipios (...), también está el sector privado, que ha puesto a disposición equipos y maquinarias".

Añadió que "queremos explorar nuevas tecnologías, porque no va a ser suficiente con las retroexcavadoras y las maquinarias que se utilizan en estos casos. Las calles tienen que ser prácticamente aspiradas para retirar el lodo. Quizás habilitar bombas para sacar el agua, tenemos poblaciones en donde el barro se acumuló en más de un metro".

El alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini, señaló a radio Cooperativa que "hoy tenemos casi un 80% de la ciudad enterrada".

Ayer, la Presidenta Miche-lle Bachelet recalcó que "están trabajando en las zonas afectadas 7.873 efectivos. Se ha enviado maquinaria para despejar caminos y realmente apurar la limpieza de las calles y casas, de manera que las personas puedan normalizar lo más posible sus vidas".

LARGO PLAZO

Sin embargo, expertos estiman que la limpieza en todas las regiones afectadas podría durar más tiempo. Eduardo Durán, ingeniero civil y especialista en reconstrucción, indicó que el proceso podría tardar "un mes y medio, ya que desde un comienzo se ha visto una descoordinación por parte de las autoridades para enfrentar la emergencia (…). La labor será extensa, ya que hay que trabajar en la remoción de barro en casas, calles y edificios".

Además, los trabajos se deberán realizar con precauciones, ya que "es posible que se vayan encontrando cuerpos, a lo que se suma que el barro se endurece mucho, por lo que hay que utilizar maquinaria especial", agregó Durán.

Gonzalo Arroyo, ex director de la Onemi en la Región del Biobío, señaló que las faenas para remover los escombros podrían durar hasta cuatro semanas o más, e hizo una comparación con lo que sucedió en la ciudad de Punta Arenas. "Cuando en 2012 se salió el río, se estuvo trabajando más de un mes y no fue ni la mitad de lo ocurrido ahora", describió.

Tras el proceso de limpieza, también podría presentarse otro tipo de inconvenientes. Rodrigo Reveco, rescatista y consultor en manejo de catástrofes, cree que es relevante el trabajo de sanidad. "Es probable que haya una plaga de ratas y crisis sanitaria debido a problemas respiratorios, hepatitis y tétano", dijo.

La ministra de Salud, Carmen Castillo, señaló ayer que hasta a la zona llegarán cinco mil vacunas para la influenza, mismo número para combatir el tétano, y 2.500 para la hepatitis A.

Respecto de  la situación de las viviendas en Atacama, el ministro (S) del ramo, Jaime Romero, comentó que los principales daños de las casas se deben al "ingreso de agua y lodo; en segundo lugar, por filtraciones en techumbres y viviendas, con pérdidas totales producto de aludes.

Hasta ayer, la cifra de fallecidos a nivel país alcanzaba las 12 personas, de ese total, siete pertenecían  a la Región de Atacama.