David Pizarro vuelve a complicar a Jorge Sampaoli. El técnico se deslumbró con el rendimiento que había mostrado en Fiorentina y hace rato había decidido convocarlo para los partidos amistosos frente a Irán y Brasil. El porteño era la alternativa ideal para reemplazar a Marcelo Díaz, quien, en febrero, sufrió la ruptura del ligamento anterior de la rodilla izquierda y abrió las dudas respecto de las condiciones en que llegaría al torneo continental. La convocatoria alcanzó a oficializarse.

Ayer, sin embargo,  el plan del seleccionador sufrió un golpe. En el último minuto del primer tiempo del partido entre la escuadra viola y Roma, por los octavos de final de la Europa League, que terminó 1-1, el mediocampista sintió una molestia en los músculos isquiotibiales de la pierna derecha. 

Su reacción ahorró interpretaciones: inmediatamente, a paso rápido y con evidentes gestos de dolor, abandonó la cancha del estadio Artemio Franchi. El gesto es típico de los futbolistas que sienten haber sufrido un desgarro, aunque el diagnóstico deberá realizarlo el cuerpo médico del club italiano, una vez que someta al futbolista a las revisiones de rigor. Es probable que recién hoy se conozca con mayor certeza la dolencia que afectó al Fantasista.

Por esa razón, en Quilín optaron por la cautela y sólo se adoptará una decisión después de que se conozca el informe del club italiano.

En el peor caso, sin Pizarro ni Díaz, Sampaoli tendría que buscar nuevas combinaciones que, de cualquier forma, alterarán la idea que tenía en mente el estratega para conformar la zona media de su escuadra.

Carlos Carmona, quien también recibió la convocatoria, podría aumentar sus chances de ingresar como titular en alguno de los duelos. Sin embargo, la presencia de Matías Fernández también abre la posibilidad de que Arturo Vidal actúe como volante mixto, probablemente junto con Charles Aránguiz.