"Nos atendían en una casa, lo que nos parece impresentable. Pienso que si uno vive en Chaitén, no tiene derecho a enfermarse como cualquier chileno". Las palabras vienen de Ana María Norambuena, diabética, quien durante semanas no pudo medir su nivel de glucosa debido a que el ex hospital de Chaitén, comuna devastada por una erupción volcánica en 2008, no contaba con este instrumento básico para monitorear la enfermedad crónica.
Ayer, el Ministerio de Salud inauguró las primeras dependencias del recinto, donde prestarán atención un total de 31 profesionales y técnicos. Se trata, sin embargo, sólo del área ambulatoria del ex Hospital Pedro Jiménez, lo que desató reclamos de los vecinos, que acusan una lentitud en la reposición del recinto, prometido en 2013.
El director del Servicio de Salud de Reloncaví, Federico Venegas, anunció que a contar de 2015 se habilitará en el hospital de Chaitén un pabellón quirúrgico, una sala de parto y otra de urgencias para dar atenciones de mayor complejidad. "Hoy los pobladores deben viajar a Puerto Montt y a Esquel, en Argentina", comenta Venegas, quien admite que una vez operativo el hospital, los casos más graves deberán igualmente trasladarse fuera de la comuna.
"Vamos a ir construyendo la mejor solución sanitaria para la población de Chaitén, considerando los medios de transporte y las urgencias. Esperamos que en este gobierno quede todo listo", dijo la ministra de Salud, Helia Molina.
Según el plan de reconstrucción, en tanto, la segunda etapa del establecimiento tendrá una inversión de $ 823 millones.
Reconstrucción
La delegada de la reconstrucción Paula Fortes detalla que hoy viven 1.500 personas en Chaitén, población que crece cada año, por lo que se requiere normalizar los servicios. Dijo que la nueva atención ambulatoria -que costó $ 638 millones- había quedado pendiente, pues la firma constructora no la culminó. "Hubo un abandono de Chaitén", dice Fortes, quien remarca que no se diseñó un plan de recuperación que contemplara el retiro de la ceniza volcánica -que sigue visible en las calles de la comuna- y que no se han construido puentes ni mejorado caminos desde 2008.
El programa del Ejecutivo contempla una inversión de $ 66 mil millones en cuatro años e incluye mejoras en urbanismo, transporte, turismo y una estación de medición de gases provenientes del volcán Chaitén.
Para la comuna, el nuevo aeródromo es clave: hoy tiene un 95% de avance y se planea inaugurarlo el 20 de noviembre próximo. Poseerá una terminal de pasajeros de 450 metros cuadrados y una pista de 1.200 metros de extensión.
Los vecinos ansían conectividad. Rita Gutiérrez, vecina de la zona norte, cuenta que quieren tener acceso directo aéreo y marítimo hacia Puerto Montt y que eso "ojalá implique una rebaja de precios de los pasajes. Hoy pagamos $ 11 mil por viajar muy mal en la barcaza Don Baldo".
Para hoy, se espera la demolición de 62 viviendas que presentaban un riesgo de derrumbe, tras los efectos de la erupción volcánica en las estructuras, lo que generaba, además, voladura de techos durante los temporales.
Además, en el Ministerio de Bienes Nacionales informó que son 1.000 las propiedades que se podrían revender a interesados. Los inmuebles fueron comprados por el Estado tras la crisis, pero algunos pobladores han solicitado adquirirlos nuevamente.
Sobre las críticas respecto a la lentitud del proceso de reconstrucción, las ex autoridades consultadas declinaron referirse al tema.