Deshacer el espacio. No se podría escoger mejor título para la primera exposición de Gordon Matta-Clark en Chile. El transgresor artista estadounidense y primogénito de Roberto Matta siguió el mismo camino que su padre. Estudió Arquitectura, pero no ejerció. Al contrario, se autodefinió como un anarquista o, mejor dicho, un "anarquitecto". Intervenía edificios abandonados en el Bronx o casas del siglo XVII en pleno centro de París, antes de que fueran derribadas para erigir el Centro Pompidou. Motosierra en mano, cortaba formas geométricas en las paredes, techos y pisos. Miraba extasiado las capas que aparecían, como si se tratara de arqueología contemporánea. Las filmaba, tomaba fotos y hacía dibujos.
La inédita muestra se abrirá el 10 de noviembre en el Museo de Bellas Artes y luego se presentará en el MAM (Museo de Arte Moderno de Sao Paulo), el Mali (Museo de Arte de Lima) y un museo en Buenos Aires por confirmar. La inauguración en Santiago contará con la presencia de la viuda del artista, la también estadounidense Jane Crawford.
"Es una de las exposiciones internacionales más importantes del año. Matta-Clark fue mucho más que el hijo de Matta", adelanta Milan Ivelic, director del Museo de Bellas Artes. "Junto a registros fotográficos y videos de intervenciones en edificios, se exhibirán dibujos y documentos preparativos de esos trabajos", agrega.
PADRE E HIJO: EL DESENCUENTRO
Gordon Matta-Clark nació en 1943 del matrimonio del surrealista chileno con la norteamericana Anne Clark. A cinco minutos de su nacimiento, fue el turno de su mellizo Sebastián, a quien llamarían "Batán". Cuatro meses después, Roberto Matta se separaría de su mujer. La relación entre los hermanos fue simbiótica. Batán era autista y en 1976 se suicidó, lanzándose por una ventana del loft que su hermano tenía en el Soho. Dieciocho meses después, Gordon falleció de cáncer. Roberto Matta no asistió a los dos funerales, pero creó una escultura como homenaje, la que visitaba en su casa en Tarquinia, Italia.
La exposición Deshacer el espacio también incluirá registros fotográficos de la intervención que realizó Matta-Clark en los 70 en el subterráneo del Bellas Artes, imágenes que la institución no posee, pero que serán donadas al museo por la viuda. En 1971, Matta-Clark había rechazado participar en la Bienal de Sao Paulo y planeó organizar una contrabienal en Chile, como forma de criticar a la dictadura militar brasileña. Gordon llegó a Santiago para encontrarse con su padre, que había asistido a la asunción del mando de Salvador Allende, pero éste ya no estaba. Nemesio Antúnez, director del Bellas Artes, lo invitó a realizar una obra. A metros de donde se construye una gran sala subterránea que llevaría el nombre de Roberto Matta, su hijo decidió montar un dispositivo óptico que reflejaba el cielo estrellado de Santiago sobre un urinario roto, en homenaje a Duchamp, su padrino. "Antúnez actúa como padre sustituto y consuela la decepción de un hijo que parece no poder lograr una conexión con su verdadero padre", apunta el crítico Justo Pastor Mellado. Hoy, el Bellas Artes recopila antecedentes con antiguos funcionarios que presenciaron la intervención bajo tierra. Esas pesquisas permitirán reconstruir este gravitante episodio no documentado hasta hoy, que coincide con los preparativos de la celebración de los 100 años del museo. Será en ese lugar subterráneo (hoy Sala Matta) donde se montará la exposición. Por fin, padre e hijo se reunirán simbólicamente, 38 años después de ese fallido encuentro.