La cita organizada mañana en Shanghai por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y copresidida por su director, Dominique Strauss-Kahn, y el gobernador del Banco Popular de China (central), Zhou Xiaochuan, analizará vías para abordar la crisis financiera global y la necesaria estabilidad.
La reunión precede a la de los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-20 del 21 al 23 de octubre en Seúl, que debe preparar la cumbre del G-20 del 11-12 de noviembre, también en la capital surcoreana.
En dicha cumbre de Seúl, los líderes de los 20 países miembros pueden lograr suavizar la tensión creciente entre China y los países occidentales por el rechazo a revaluar significativamente el yuan, algo que dicen distorsiona el comercio y el crecimiento global al hacer más baratas las mercancías chinas.
El 12 de octubre, el portavoz oficial del ministerio de Asuntos Exteriores, Ma Zhaoxu, declaró que China está decidida a continuar avanzando en las reformas del mecanismo del tipo de cambio del yuan, pero dijo claramente que no habrá apreciación.
"Todos estamos en el mismo barco de la globalización, es evidente que la revaluación del yuan no es la cura para el déficit comercial de EEUU y no ayudaría a resolver los desequilibrios de la economía global", afirmó Ma.
Si China contribuyó en 2009 al 50% del crecimiento global, "presionar para la apreciación del yuan y dañar su economía ¿sería una cura milagrosa o una maldición para el mundo?", preguntó.
Analistas independientes en Pekín destacan también que si China apreciara el yuan para hacerlo más fuerte, le sería todavía más barato a Pekín comprar recursos en América Latina y África.
Además, destacan, las críticas de EEUU a Pekín por mantener el yuan más bajo que el valor del mercado tiene como contrapartida el que la Reserva Federal mantiene en los últimos meses el dólar artificialmente bajo frente al euro y otras divisas, como el yen o la libra, con sus políticas de tipos de interés bajos. Eso contribuye también al aumento de las exportaciones de EEUU a costa de las de la eurozona, el Reino Unido o Japón, afirman.
Aunque el FMI anunció la presencia en Shanghai de gobernadores de bancos centrales y delegados de instituciones de Asia, África, Europa, Norte y Suramérica, algunos no estarán representados al más alto nivel, lo que hace temer que no haya soluciones decisivas a los problemas globales de tipos de cambio u otros asuntos financieros.
Al parecer, el gobernador de la Reserva Federal, Kevin Warsh, acudirá a Shanghai y también el subgobernador del Banco de Japón, Kiyohiko Nishimura, pero el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá no estarán en la cita china.
La reunión de Shanghai está destinada, según un comunicado del FMI, a avanzar en la incorporación de nuevos instrumentos que ayuden a la estabilidad financiera y sigue a las que mantuvo con el Banco Mundial (BM) para analizar el sistema económico y financiero internacional y en julio en Seúl con líderes asiáticos.
En Washington, hace una semana, el FMI y el BM fracasaron en lograr avances para convencer a China de la apreciación de su moneda e instaron fuertemente a todos los países a evitar el proteccionismo comercial, en un comunicado conjunto el 10 de octubre.
China considera totalmente equivocado que EEUU acuse a un yuan infravaluado de sus problemas económicos y de desempleo. El portavoz del ministerio de Comercio, Yao Jian, dijo recientemente que el desequilibrio comercial entre ambos países es principalmente el resultado de las diferencias en estructuras de comercio y de inversión que aplican los dos países.
Según Yao, aunque China seguirá su apreciación paulatina del yuan, Washington debe reconocer que una parte de los beneficios de las exportaciones chinas a EEUU va a sus empresas.