Descansar fue lo que los médicos recetaron al Presidente francés Nicolas Sarkozy después de su desmayo hace poco más de una semana mientras trotaba por los jardines del Palacio de Versalles. Y el mandatario obedeció. Así lo confirman una serie de fotografías que muestran a Sarkozy relajado, caminando de la mano e incluso bañándose en medio del Mediterráneo junto a su esposa, la cantante italiana Carla Bruni.

La pareja presidencial viajó el fin de semana pasado hasta Cap Nègre, en la Costa Azul, al sur de Francia, a la casa de verano que posee la familia Bruni-Tedeschi. Allí, ambos tienen planeado pasar las próximas tres semanas de vacaciones, de acuerdo con un comunicado oficial del Palacio Elíseo.

A su llegada a la zona -ubicada cerca de Marsella- Sarkozy y Bruni se dejaron ver en el aeropuerto local, saludando a los turistas que al igual que ellos llegaron a la zona para iniciar su descanso. Las fotografías del Presidente francés y la Primera Dama captaron especialmente la atención de la prensa debido a algunas críticas realizadas por cercanos a Sarkozy sobre el deseo de Carla Bruni de provocar un cambio de vida más saludable y culturalmente más elevado para el mandatario, lo que habría aumentado su nivel de estrés.

De acuerdo con la prensa parisina, Bruni le presentó a su esposo un nuevo entrenador personal que lo ha hecho bajar hasta dos tallas de ropa, así como una estricta dieta que eliminó los chocolates -la adicción confesada del mandatario- y los quesos de la lista de productos más consumidos por Sarkozy. Tras sufrir el desmayo de la semana pasada, Sarkozy aseguró a los franceses que "mi salud es buena, sólo estoy algo cansado (...), se me acabó la gasolina", en un intento por aplacar las preocupaciones sobre el estado general de su salud y en especial de su corazón.