Por siglos, hemos escuchado a los astrólogos mencionar que la posición relativa de la Tierra, el Sol, la Luna o los planetas es capaz de determinar la personalidad de un individuo en el momento de su nacimiento. Y aunque la ciencia ha refutado esta tesis por un período similar, un estudio realizado por la Universidad Semmelweis de Budapest confirma en parte tal suposición.
En la investigación, presentada por la Dra. Xenia Gonda en el Congreso Europeo de Neuropsicofarmacología de Berlín, se afirma que de acuerdo a los análisis bioquímicos, la temporada de nacimiento influye sobre ciertos neurotransmisores de monoamina, como la dopamina y la serotonina, detectables incluso en la adultez, lo que llevó a los científicos a creer que efectivamente la temporada de nacimiento puede tener un efecto duradero.
El estudio hace mención al trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que afecta a millones de personas en el invierno, cuando las horas de luz tienen menor duración. Por ahora no se conoce exactamente qué es lo que ocurre en el cerebro, pero se cree que podría interrumpir los ritmos circadianos o disminuir los niveles de serotonina, factores que pueden influir en una madre embarazada, transmitiendo todo al feto en desarrollo.
Concretamente, el estudio encuestó a 400 estudiantes universitarios húngaros y se les consultó sobre su fecha de nacimiento y características de su personalidad, encontrando algunas tendencias interesantes:
- Los nacidos en primavera son más propensos a la hipertimia, vale decir con constantes estados de euforia, afectividad excesiva, verborrea, tendencia a ser positivo, alegre y optimista. Quienes nacieron en verano también cuentan con estos rasgos pero en menor medida.
- Los nacidos en verano son más proclives a la ciclotimia, es decir temperamento propenso a experimentar cambios de ánimo frecuentes, sobre todo si se compara con quienes nacieron en invierno.
- Las personas con cumpleaños en otoño son menos depresivos que los nacidos en invierno.
- Los nacidos en invierno son menos irritables, si se compara con las demás estaciones.
Hay que destacar que de acuerdo a los resultados, no hay que tomar el estudio como una guía que reafirme completamente áreas como el tarot o la astrología, ya que no existe relación directa entre la época del nacimiento y la personalidad y sólo se trata de una correlación que por el momento, está impulsando a los investigadores a hacerse algunas preguntas.
Además, hay que considerar las condiciones ambientales de las personas que han crecido en Hungría, que podrían ser distintas a los nacidos cerca del ecuador.
Por ello, la investigadora responsable afirma que "aún no es posible precisar nada acerca de los mecanismos involucrados, ya que se está analizando la existencia de marcadores genéticos que relacionen la temporada de nacimiento y el trastorno del estado de ánimo de un individuo".
Fuente: EurekAlert, BestHealth