Hace pocas semanas se había hecho cargo de la responsabilidad por el estado de salud de Michael Jackson: Conrad Robert Murray, su médico personal, se puso en mayo a las órdenes del astro del pop y lo acompañó desde entonces día y noche.

Murray, de 51 años, es un cardiólogo reputado que tiene licencia en varios estados de Estados Unidos. Cerró su consultorio en Las Vegas después de que Jackson lo nombrara su médico personal y el doctor se mudara con él.

Quería estar en buenas condiciones físicas para la serie de conciertos en Londres, por lo que se da por sentado que el artista, de 50 años, confiaba en el médico. Algo que tras su muerte no comparte su familia.

Actualmente Murray enfrenta acusaciones y rumores. Porque fue la persona responsable de la salud de Jackson y quien fracasó en reanimarlo cuando su corazón se paró. Por eso crece la desconfianza en el médico y los medios investigan su pasado.

Según éstos, el doctor tenía muchos problemas financieros. Tan sólo en 2008 habría reunido unos 560.000 dólares en deudas. Ya ha estado nueve veces ante un tribunal por facturas no pagadas y su vida privada ha sido "movida": tiene seis hijos con diferentes mujeres.

Con su trabajo con Jackson, el médico quería dar un giro a su carrera, y en una ocasión calificó su nueva tarea como una oportunidad única en la vida.

Un par de meses más tarde, se encuentra en cambio frente a la policía, a la que debe dar detallada cuenta de las últimas horas de Jackson, y qué papel tuvo él en ellas.