El Presidente Richard Nixon (1969-1974) consideró a Edward "Ted" Kennedy como una amenaza, a tal punto que trató de sorprenderlo engañando a su esposa, e incluso ordenó a sus asistentes reclutar a agentes del Servicio Secreto para que indagaran sobre episodios desconocidos de la conducta del senador, que murió al martes a los 77 años.

"¿Tienes a alguien en el Servicio Secreto que pueda hacerlo?", le pidió Nixon a su consejero John Ehrlichman en una serie de conversaciones sobre Kennedy que mantuvo en la Oficina Oval antes de las elecciones de 1972. "Sí, sí", respondió Ehrlichman.

"Planta uno", dijo Nixon. "Planta dos tipos sobre él. Esto podría ser muy útil", agregó.

Nixon dejó claro que la protección que el Servicio Secreto le ofrecía a Kennedy antes de las elecciones de 1972 podía ser anulada después.  Entonces, dijo el presidente, "si él recibe un disparo, es también condenadamente malo".

Grabaciones de cintas de la Casa Blanca bajo la administración Nixon revelan una preocupación por la mística de Kennedy y la forma en que ésta podría utilizarse contra el presidente republicano. Nixon quería una vigilancia aguda y privada sobre los movimientos de Ted Kennedy después del escándalo de Chappaquiddick, con la esperanza de exponer otro paso en falso con una mujer distinta de su esposa, Joan.

Los hombres de Nixon tenían investigadores siguiendo a Ted Kennedy en sus vacaciones en Hawai y cuando estaba en Martha's Vineyard, su lugar favorito.

"¿Hace algo?", preguntó Nixon en una reunión de septiembre de 1971. "No, no, él está muy limpio", respondió Ehrlich. "Estuvo en Hawai por su cuenta. Fue tan agradable como podría ser todo el tiempo".

Nixon respondió: "Lo que hay que hacer es observarlo".