La tercera parte de los miembros del Senado brasileño enfrenta algún tipo de proceso judicial, bien sea penal, civil o electoral, según un informe publicado hoy por el diario Folha de Sao Paulo.

De los 81 integrantes del Senado (tres por cada uno de los 27 estados del país), 27 son reos o acusados en procesos ante el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte del país y única que puede juzgar a los legisladores, o ante los tribunales electorales, según el diario paulista.

De los parlamentarios procesados, 17 integran partidos que apoyan al gobierno del Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y 10 pertenecen a formaciones de la oposición.

El diario aclaró que de la lista de procesos fueron excluidos los de naturaleza particular y los comenzados por iniciativa de rivales políticos.

La revelación de que el 33% de los senadores brasileños enfrenta procesos judiciales se produce en momentos en que el Senado vive una de las mayores crisis institucionales en su historia, que comenzó a finales del año pasado.

La crisis llegó a su auge la semana pasada cuando el Consejo de Etica del Senado archivó varias acusaciones por irregularidades contra el presidente del Congreso, el ex presidente brasileño José Sarney.

Sarney, que cuenta con el apoyo de Lula y se niega a aceptar la petición incluso de senadores oficialistas para que renuncie al cargo, es acusado desde desvío de recursos públicos y tráfico de influencias hasta nepotismo e irregularidades administrativas.

La mayoría de las acusaciones en su contra, sin embargo, fue archivada por aliados de Sarney en medio de las protestas de senadores de la oposición y en sesiones que se caracterizaron por intercambios de insultos.

En medio de la crisis algunos parlamentarios y analistas políticos han sugerido una reforma para extinguir el Senado y convertir al Congreso brasileño en una institución unicameral.

A diferencia de los diputados, elegidos para períodos de 4 años según la población de cada estado, los senadores, que cuentan con enormes beneficios, son elegidos para mandatos de 8 años y tres por cada estado.

Según Folha de Sao Paulo, la formación con mayor número de senadores procesados es el mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), liderado por Sarney y uno de los principales aliados de Lula en el Parlamento.

De los 19 senadores del PMDB, 8 enfrentan procesos judiciales.

Entre los procesados destaca el vicepresidente del Senado, el líder opositor Marconi Perillo, que es reo en dos procesos por irregularidad en licitación pública y crímenes contra la administración pública.

Igualmente enfrenta dos procesos el vocero del gobierno en el Senado, senador Romero Jucá, acusado de corrupción electoral y desvío de recursos públicos.