A pesar de ser hace algunos años una de las estrellas más lucrativas del mundo del espectáculo, Whitney Houston habría estado en bancarrota al momento de morir. Así lo afirma el sitio FoxNews citando a cercanos de la malograda cantante.
En el apogeo de su fama, Houston vendía decenas de millones de discos y era considerada por la prestigiosa revista Forbes dentro del top 20 de las artistas más poderosas. Incluso en plena decadencia, sus álbumes y giras aún generaban mucho dinero, lo cual da a entender que la cantante habría despilfarrado su fortuna.
De hecho, su último gran contrato fue firmado en el 2001, cuando el sello Arista le pagó la friolera de 100 millones de dólares por seis álbumes. Fue alrededor de esta época que la cantante comenzó a tener problemas personales asociados al excesivo consumo de alcohol y drogas.
Según un allegado a la artista, entrevistado antes de su muerte, "la fortuna de Whitney ya no existe. Ella estaría en la calle si no fuera por la gente que trata de salvarla". Incluso se rumorea que Houston habría recibido un millón de dólares de su mentor, Clive Davis, para internarse en un lujoso centro de rehabilitación.
El consumo de drogas sería la causa de los apremios económicos de la cantante. Así lo asegura un especialista del centro de rehabilitación "Promises" de Malibú: "Los adictos se vuelven muy impulsivos, por lo que son una presa fácil para representantes y consejeros poco éticos que explotan sus vulnerabilidades".
Esto se suma a la vida de lujos que llevaba Houston, la que incluía viajes por todo el mundo alojándose en los hoteles más cotizados de ciudades como Sydney, París y Londres, y un consumo desmedido de alcohol y drogas, lo cual, en definitiva, la habría conducido a su prematura muerte.