El abogado, periodista e historiador compartió con un grupo de jóvenes universitarios algunas reflexiones sobre el 11 de septiembre de 1973 y la situación de la educación en Chile, en una de sus últimas actividades públicas.

"Hay que tener presente que el golpe militar no tiene una relación necesaria con el régimen que siguió, o sea nada de lo que pasó con el régimen, llamado militar, con 17 años de Pinochet,  debería necesariamente haber pasado, ni lo bueno ni lo malo. La solución podía haber sido completamente distinta. Por ejemplo si se hubiera impuesto el general Leigh, jefe de la fuerza aérea, sobre Pinochet, en la pugna que terminó el año 78, hubiéramos tenido otro régimen político, económico y social, muy distinto, probablemente no hubiéramos tenido tanto abuso de los derechos humanos, aunque la Fach no tenía mano de señorita, por cierto, pero cualquier hombre de la Fach era simplemente un principiante al lado del general Contreras.  O sea, probablemente, no hubiera habido tanto abuso, pero tampoco hubiéramos tenido, en lo absoluto, ningún cambio económico. El cambio económico fue, digámoslo así, una conversión de Pinochet a la escuela de Chicago, y Leight no tenía nada que ver con eso, era completamente contrario a eso. Hubiéramos podido tener un régimen populista, o sea administrar con mano amplia para dar beneficios, hubiéramos tenido cualquier cosa. O sea el golpe y el régimen no son lo mismo.

El país estaba amenazado desde afuera, no tanto en ese momento por Argentina, porque estaba esperando el fallo, pero si por el Perú que estaba, en ese momento, esperando una cosa más esotérica, que era  la revancha de la guerra del Pacifico. Entonces un país dividido terriblemente en lo personal, con odio personales, un país arruinado económicamente, un país que estaba a punto de irse a las manos en una guerra civil, un país con sus fuerzas armadas, digamos, paralizadas, era un país que no podía resistir ninguna amenaza exterior.

El 11de septiembre de 1973 se reunió precipitada y extraordinariamente, el alto mando de las fuerzas armadas de Perú, para saber si atacaba de inmediato. Sólo se difirió el ataque por la esperanza de que en las próximas horas se hiciera más sustancioso, más positivo todavía, porque en esos días corrió el rumor de que el general Prats encabezaba un ejército contrarrevolucionario que venía de Concepción hacía Santiago, o sea que venía una guerra civil. Por eso los peruanos, inteligentemente pero con un fundamento errado de hecho, dijeron 'mire si atacamos inmediatamente podemos hacer abortar esta guerra civil, en cambio, si la guerra civil ya ha estallado cuando nosotros ataquemos vamos a aprovecharla al máximo'.

Los militares en ese momento, no tuvieron otra cosa que hacer. Y todos sabían que eso era lo que había que hacer, lo sabía desde luego la oposición, lo sabían los jerarcas democratacristianos, que después han tratado de presentarse bajo una luz más democrática, (…) lo sabía Eduardo Frei y Patricio Aylwin, lo sabían muchos, y yo no se los reprocho, así como tampoco les reprocho que ahora traten de disimularlo. Son problemas de la política. Pero eso era así, había que recoger el poder.

Allende había sido toda su vida un demócrata absoluto, cosa que era rara en el partido socialista, el partido socialista tenía muchas vetas totalitarias, desde su fundación.

Allende tuvo una pasión política de viejo, que fue la admiración romántica por Cuba y por sus jefes máximos, se hizo amigo de Fidel Castro, del Che Guevara, discutieron muchas veces esta misma cosa, como habían llegado ellos al socialismo. Allende diciendo que él no se metía en cómo habían llegado ellos al socialismo, pero que Chile tenía que llegar por la vía democrática, porque esa era su tradición. Incluso hay un libro dedicado por Guevara a Allende, que dice "Al compañero Salvador Allende, que busca lo mismo que nosotros pero por otros caminos". Pero ellos no creían para nada en el camino de Allende, y Allende, en cambio, estaba tentado por este atajo al socialismo. Eso pasó con muchos líderes viejos socialistas de Latinoamérica.

Es explicable, personas que han estado 30 años, Allende no estuvo 30, estuvo 40 años haciendo política democrática socialista en Chile de la fundación del partido socialista, desde el año 33 hasta que ganó la presidencia el año 70, a la cuarta vez. Personas que han llevado esta lucha eterna, de buena fe, porque vamos a suponer de mala fe, por implantar el socialismo en Chile y no han conseguido nada en estos 40 años y llegan estos imberbes barbudos, ideológicamente imberbes en Cuba, y en unos pocos meses se hacen con el país, transforman completamente el país, y hacen del país, un país socialista, y a 90 millas de La Florida.  Entonces, esto tuvo que producir, y produjo, un gran entusiasmo, una gran admiración que luchaba con su convicción de que se necesitaba mantener en Chile la fórmula democrática.

Es muy importante tener la idea de que los militares lo harían bien o mal gobernando, o bien y mal, pero que el 11 de septiembre de 1973, no el 12, el 11, lo que hicieron los militares fue recoger el poder de la calle ante el temor de que pasaran cosas mucho más horribles".