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Revivir un evento traumático podría ayudar a reducir los desórdenes por estrés

Investigadores informaron que las personas que se someten a un tipo de psicoterapia en la cual reviven un evento traumático son menos propensas a padecer trastorno por estrés postraumático (TEPT) que quienes realizan otro tipo de tratamiento.

El estudio australiano, que incluyó a personas que habían experimentado accidentes automovilísticos o abuso sexual, fue el último en mostrar el valor de usar una terapia de exposición prolongada para tratar el TEPT, un desorden de la ansiedad.

La creciente cantidad de tropas estadounidenses que regresan de Irak y Afganistán con TEPT pone en el centro de atención a la condición, lo que ha instado aún más a aprender cómo lidiar mejor con la dolencia.

El equipo de Richard Bryant, de la University of New South Wales en Sidney, estudió a 90 personas con desorden por estrés agudo, una condición que aparecería justo después de un episodio traumático y que puede conducir al TEPT si persiste.

Los participantes fueron divididos en tres grupos: uno tomó cinco sesiones semanales de 90 minutos de terapia de exposición prolongada, otro realizó la misma cantidad de una terapia llamada de reestructuración cognitiva y el tercero no se sometió a ninguna terapia.

En la terapia de exposición prolongada, un terapeuta ayuda a la persona a revivir el trauma en un ambiente controlado, imaginándolo en detalle y enfrentándose a objetos incluidos en el episodio. La idea es exponer a las personas a la causa de la angustia para ayudarlas a lidiar mejor con ella.

En la reestructuración cognitiva, el terapeuta ayuda a la persona a intentar cambiar los patrones de pensamiento negativo relacionados con el evento traumático.

REDUCIR LA ANSIEDAD

Poco tiempo después de la terapia, el 33 por ciento de las personas sometidas a exposición prolongada desarrollaron TEPT, comparado con el 63 por ciento de los pacientes que practicaron reestructuración cognitiva y el 77 por ciento de los participantes sin tratar.

En ese momento, se le ofreció comenzar una terapia a los pacientes que habían actuado como grupo de control.

Seis meses luego de iniciado el tratamiento, el 37 por ciento de los pacientes en exposición prolongada desarrolló TEPT, frente al 63 por ciento de los pacientes tratados con terapia cognitiva, dijeron los autores.

"Los resultados actuales sugieren que la activación directa de los recuerdos traumáticos es particularmente útil para prevenir los síntomas de TEPT en los pacientes" con desorden por estrés agudo, escribió el equipo en la revista Archives of General Psychiatry.

EL TEPT suele comenzar unos tres meses después de un episodio como el combate en una guerra o una lesión, un secuestro, un ataque o un accidente de auto o avión, entre otros traumas. Con todo, el TEPT puede aparecer años después de acontecido el episodio traumático.

Revivir constantemente el evento traumático es uno de los síntomas comunes de TEPT. Otros incluyen la irritabilidad, los brotes de ira, las dificultades para dormir y para concentrarse, la vigilancia extrema y las respuestas asustadas exageradas.

El equipo de Bryant señaló que "hay evidencia de que muchos terapeutas no usan la terapia de exposición en los sobrevivientes de episodios traumáticos porque causa angustia".

La terapia de exposición prolongada funcionaría bien porque disminuye la ansiedad por el trauma y da a la persona un mejor control sobre las repercusiones psicológicas del evento, finalizaron los investigadores.

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