Tillerson, quien hasta diciembre fue director ejecutivo de Exxon Mobil, la empresa petrolera más poderosa del mundo según la revista Forbes, recibió este miércoles el visto bueno del Senado estadounidense para convertirse en el nuevo secretario de Estado.

"La carrera de Rex Tillerson es la encarnación del sueño americano", dijo en diciembre el presidente estadounidense, Donald Trump, al anunciar su postulación.

"Su tenacidad, su amplia experiencia y su profundo conocimiento de la geopolítica hacen de él una excelente opción para el cargo de secretario de Estado (...) Es uno de los más hábiles líderes empresariales y negociadores internacionales (del mundo)", agregó.

Pero, el camino para ponerse al frente del Departamento de Estado no estuvo exento de obstáculos.

Las dudas sobre Rusia

Al momento de ser nominado por Trump, el elemento que generó mayores dudas sobre Tillerson fueron sus estrechos vínculos con Rusia y el presidente Vladimir Putin.

En ese momento, el senador republicano John McCain expresó "preocupación", en una entrevista con el canal noticioso Fox News por los vínculos del secretario de Estado con Putin, a quien McCain tildó de "matón y asesino".

Los demócratas también cuestionaron la idoneidad de Tillerson para el cargo más prominente del gabinete.

"Amigos y asociados dijeron que pocos ciudadanos de EE.UU. están más cerca de Putin que Tillerson", escribió el diario The Wall Street Journal.

Pero, Trump lo defendió.

"Para mí, una gran ventaja es que conoce a muchas de las piezas clave y las conoce bien. Logra enormes acuerdos con Rusia, hace enormes acuerdos, no para él mismo, sino para la compañía", dijo el presidente en una entrevista con el canal de noticias Fox News.

Durante la sesión realizada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado a propósito de su nombramiento, Tillerson debió responder numerosos cuestionamientos sobre este asunto.

Allí, admitió que Occidente tiene razones para estar preocupado por la agresividad de Rusia, pero se negó a catalogar a Putin como un "criminal de guerra".

No era un asunto menor: el exejecutivo petrolero se encontrará las relaciones entre Rusia y Estados Unidos en su peor momento desde la Guerra Fría.

Hacía años que la Casa Blanca y el Kremlin no estaban tan lejos.

La falta de entendimiento caracterizó las relaciones entre Putin y el expresidente Barack Obama, quienes tuvieron fuertes discrepancias por la intervención rusa en Siria.

En los últimos meses, el escándalo del supuesto hackeo de las elecciones estadounidenses por parte de piratas informáticos rusos contribuyó a generar turbulencia en las relaciones.

Al final, la postulación de Tillerson fue aprobada con el voto de la mayoría republicana tanto en Comité de Relaciones Exteriores como en el pleno del Senado.

Tillerson ha hecho varias grandes donaciones al Partido Republicano. El diario The Washington Post reportó que su apoyo y financiamiento inicial durante la campaña presidencial fue para el entonces candidato republicano Jeb Bush.

Una jubilación millonaria

Al momento de retirarse de Exxon Mobil para hacerse cargo de sus nuevas responsabilidades en el gobierno, Tillerson logró un acuerdo con la compañía para recibir US$180 millones a cambio de sus acciones en la misma.

Toda la carrera profesional de 40 años deTillerson transcurrió con Exxon. Recién graduado de la Universidad de Texas, su estado natal, se incorporó a la compañía como un ingeniero de producción y ascendió hasta el principal puesto en 2006.

Su jubilación estaba programada para 2017, con 65 años.

Durante su gestión al frente de la empresa, Tillerson forjó acuerdos multimillonarios con la empresa petrolera estatal de Rusia, Rosneft.

Ese pacto de 2011, le otorgó a Exxon Mobil el acceso a los enormes yacimientos de petróleo bajo el Ártico ruso a cambio de permitir la oportunidad a Rosneft de invertir en la operaciones extranjeras de Exxon.

Tillerson también forjó amistad con Igor Sechin, el presidente ejecutivo de Rosneft y antiguo vice primer ministro de Putin. A Sechin se le conoce como el segundo hombre más poderoso de Rusia.

Cuando estaba al frente de Exxon criticó abiertamente las sanciones internacionales contra Rusia tras su anexión de Crimea.

Después de que Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones a Rusia tras la anexión de Crimea, Exxon emitió un reporte diciendo que las sanciones de EE.UU. y la UE habían costado a la compañía hasta US$1.000 millones en daños a proyectos conjuntos.

Antes de la imposición de sanciones, Tillerson llegó a asistir al Foro Económico de San Petersburgo, considerado como la respuesta rusa el Foro de Davos, y en el cual los jefes de empresa tienen oportunidad de encontrarse con Vladimir Putin.

Diferencias

Pese a su cercanía con el Partido Republicano, las posiciones de Tillerson no siempre coinciden con las de esa organización ni con las de Donald Trump.

En su juventud, se destacó como miembro de los Boy Scouts y fue presidente de esa organización en EE.UU. entre 2010 y 2012.

Durante esa gestión, los Boy Scouts votaron a favor de recibir miembros abiertamente homosexuales, aunque la prohibición contra líderes adultos abiertamente gay se mantuvo hasta 2015.

Tillerson también fue director del United Negro College Fund, una organización estadounidense que financia becas para estudiantes negros y apoya a las universidades y colegios históricamente afroestadounidenses.

Donald Trump escogió a Tillerson tras considerar a más de una decena de potenciales candidatos con diferentes trayectorias y posturas. Su opción final, sin embargo, no necesariamente coincide en todo con el presidente electo.

Tillerson es un ávido defensro del libre comercio, mientras que Trump ha criticado los actuales acuerdos de EE.UU.

Exxon, que cuenta con unos 75.000 empleados en todo el mundo, fue acusada de intentar encubrir los riesgos del cambio climático y de mentirle al público.

Sin embargo, Tillerson acepta que el cambio climático es un hecho real, contrario a la filosofía de Trump, y ha hablado de consecuencias "catastróficas" si no se le presta atención.

Está comprometido con continuar usando combustibles fósiles pero está abierto a la idea de un impuesto de carbono.

"El mundo va a tener que continuar usando combustibles fósiles, así le guste o no", declaró en mayo.

A las preguntas sobre su relación con Rusia, Tillerson respondió en su audiencia de confirmación que "aunque Rusia busca respeto y relevancia en el escenario mundial, sus recientes actividades no han respetado los intereses de Estados Unidos".

La pregunta ahora es si como secretario de Estado, Tillerson será capaz de lograr hacer que Moscú respete esos intereses.