El rey de Marruecos Mohamed VI inspeccionó los escombros del café Argana, en Marrakech, epicentro de una atentado explosivo que dejó 16 muertos el jueves.
El monarca prometió que lo ocurrido no obstruirá el programa de reformas democráticas en el reino, informó la agencia noticiosa oficial MAP.
"Ese ataque criminal y cobarde es contrario a los nobles valores humanistas de respeto a la vida, la tolerancia, la libertad y la paz que atesora el pueblo marroquí", dijo el rey según la agencia. agregó que "sólo fortalecerá la voluntad del pueblo por enfrentarse a todo el que quiera descarrilar el modelo que ha escogido para las reformas democráticas y el desarrollo".
Por primera vez desde el ataque, los investigadores dieron acceso al café a los periodistas tras la visita del monarca. Un cráter de un metro de ancho y casi igual de profundo se veía en el centro de la terraza que da a la plaza Yemaa el Fna, donde habitualmente hay encantadores de serpientes, adivinas y otras muestras exóticas.
El monarca es una figura reverenciada en Marruecos, y miles de personas se congregaron en la plaza para verlo. Un fuerte contingente de seguridad fue desplegado en la plaza antes de la visita.
Nadie se ha atribuido el ataque, el más mortífero en el reino desde que cinco bombas casi simultáneas dejaron 45 muertos "incluso una docena de atacantes" en Casablanca en el 2003. Desde esos ataques, el reino ha desmantelado regularmente las células de al Qaeda y dijo haber desbaratado planes de ataques.