En San Carlos de Apoquindo hay rostros sonrientes. Se respira el buen ánimo. Razones sobran. El equipo de Mario Salas enrieló el rumbo a tiempo para meterse en la pelea por el Apertura y, además, venció con comodidad a Universidad de Chile en la ida de los cuartos de final de Copa Chile. Sin embargo, pese a todo, en la precordillera llaman a la calma, a mantener los pies sobre la tierra para no desviarse del objetivo. Sólo hay cabeza para la revancha ante la U.

Ricardo Noir (29), uno de los puntos más altos del equipo, se cuadra con la postura del camarín en conversación con La Tercera, aunque también repasa el camino transitado, con los aciertos y los errores. Y también proyecta, sin esconder su ilusión por un futuro exitoso.

¿Cuál es su análisis del momento actual del equipo?

El equipo viene en alza. Nos costó el inicio del torneo. Jugábamos bien, pero nos costaba ganar. Después, cuando Mario encontró el equipo y dejaron de haber tantos cambios... Creo que eso fue fundamental para la levantada. A partir de ahí empezamos a jugar prácticamente de memoria y la verdad es que creo que cada vez estamos jugando mejor y eso es bueno. No nos ponemos ningún techo ni nos conformamos. Queremos más.

¿Les afectó, entonces, la rotación en el equipo que hubo en los primeros partidos del semestre?

Es que, para los que veníamos llegando, fue difícil integrarse rápido, aunque tampoco tanto. Después, como no ganábamos, Mario fue probando variantes hasta que se nos empezaron a dar las cosas. Igual tuvimos un poco de mala suerte. Jugábamos bien, pero no se nos daba el gol y nos convertían siempre. Lo fundamental en todo esto, eso sí, fue no perder. Si bien no ganábamos, tampoco nos quedábamos con las manos vacías. Nos agarrábamos de eso para seguir trabajando.

¿Su adaptación ya está completa?

Creo que sí. Santiago es bárbaro. En general es muy similar a Argentina. No conocía, no había tenido la suerte, y, de verdad, estamos muy satisfechos con mi familia. En el camarín, además, me recibieron muy bien, lo que obviamente facilita las cosas. Estoy disfrutando de este momento personal y colectivo.

Le ha tocado salir aplaudido por la gente en varios partidos. ¿Ayuda eso para seguir creciendo?

Es lindo que la gente te aplauda. Eso te hace sentir que estás haciendo las cosas bien y permite trabajar con más ganas. Es la realidad. Pero todo el equipo hace un gran desgaste y un buen trabajo.

¿Qué le ha parecido el nivel del campeonato chileno?

Me sorprendió porque todos los equipos juegan de igual a igual. Todos lo intentan. Casi nadie se defiende mucho. Eso permite que se den buenos partidos. Entretenidos y abiertos. Eso no pasa en Argentina. Eso me llamó la atención. Me gusta. Se juega mucho, se trata bien la pelota. Es un lindo torneo, competitivo. Cualquiera le gana a cualquiera.

¿Y cómo ve a la UC en ese contexto? ¿Qué es lo que más destaca de este equipo?

Lo mejor que tenemos es la actitud. Católica es un equipo que no te regala nada, que se entrega en cada partido y en cada pelota al máximo. Eso es lo más destacable del equipo. Siempre hay cosas por corregir, aunque ganando siempre es más fácil mejorar.

Ahora, eso sí, con los resultados pareciera que las cosas andan bien. ¿Qué error o falencia específica corrigieron a tiempo para volver a meterse en la pelea?

La falta de contundencia. Eso nos condicionó y nos impidió ganar los primeros partidos. Generábamos mucho y convertíamos poco, pero sabíamos que mientras nos creáramos ocasiones en cualquier momento podía entrar. Lo importante fue que siempre supimos que nos creábamos muchas ocasiones, que teníamos la pelota y que en cualquier momento se nos darían los resultados. El salto de calidad lo dimos cuando ganamos 3-0 el clásico como visitante ante la U. Eso nos vino bien y fue el puntapié inicial para el alza que hemos mostrado.

El discurso público del equipo apunta a ir paso a paso. Lo ha dicho Mario Salas y usted lo ha repetido un par de veces en esta conversación.

Para mí, siempre ha sido así. Yo siempre voy paso a paso. Te pongo de ejemplo este clásico que estamos jugando... Es un partido de 180 minutos. El 2-0 no es una gran diferencia. Se ganó, se dio un paso importante, pero justamente ahora es cuando hay que mantener los pies sobre la tierra. Ellos tienen buenos jugadores. Que no estén en un buen momento no quiere decir que tengamos la llave asegurada.

Hasta ahora, entonces, fue una buena decisión cambiar Racing por la UC.

Muy buena. Estaba bien en Racing, pero tenía ganas de salir del país. Ni lo dudé cuando me ofrecieron venir. Y me gustaría quedarme un tiempo más (N. de la R. su vínculo termina en junio de 2017) porque estoy muy a gusto en el club. Sería lindo. Tenemos objetivos importantes, como la Copa Libertadores. Ojalá que hagamos un buen papel por el bien del club.

Usted llegó a un camarín que había sido fuertemente golpeado.

Estaba al tanto de cómo se habían dado las cosas. Fueron tres subcampeonatos seguidos y obviamente que eso golpea. Mi opinión es que ser segundo es reflejo de una buena campaña. Implica que estuviste peleando siempre. Sin embargo, es obvio que no hay nada más lindo que ser campeón y este equipo lo consiguió quedándose con el torneo pasado, además de la Supercopa, que se ganó ante un tremendo rival. Eso seguro le dio una alegría a la gente.

¿Y cómo ve a sus compañeros? ¿Cree que los que vivieron los subcampeonatos se sacudieron del rótulo de segundones con el título del Clausura?

Este equipo ha dado muestras de jerarquía. Partiendo por ese título. También el de la Supercopa. Este equipo ya se quitó esa mochila de segundón que arrastraba. Estamos contentos y ahora queremos ir por más.

¿Qué opinión le merece el trabajo de Mario Salas?

Tenemos un cuerpo técnico que trabaja muy bien. Sabe estudiar a los rivales y transmitir su mensaje al plantel, que es lo más difícil. De a poco nos vamos acoplando a lo que él quiere y alcanzando el rendimiento que esperamos.

Después de que usted anota de chilena ante Unión Española el DT lo cambia. Hubo un cruce de palabras. ¿Qué se dijeron?

Yo dije 'no, Mario, justo ahora'. Me leyeron bien los labios. Pero no me enojé, porque no le puedo faltar el respeto a nadie. Uno no ve quién va a entrar. Justo se dio en un partido muy duro. El gol de pirueta me quedó y salió bien, pero el cambio estaba pactado. Mario me dijo: 'perdóname, Tito, ya tenía el cambio listo'. Pero no pasa nada. Nos abrazamos y terminamos festejando.

Están en la pelea, como dice usted, en el torneo y ahora en Copa Chile. ¿La ilusión aumenta?

Teníamos que vencer a Unión Española porque iban arriba nuestro en la tabla y no podíamos permitir que se nos escaparan. Sabemos que los objetivos están al alcance, pero no nos nublamos. Nosotros seguimos pensando que el próximo partido es el más importante. Por lo mismo ahora sólo estamos enfocados en la Universidad de Chile, después pensaremos en lo que viene.