El dueño del grupo Virgin, el británico Richard Branson, uno de los empresarios con más éxito del Reino Unido, ha decidido fijar residencia en su isla caribeña de Necker para no pagar tantos impuestos en su país.
Según revela hoy el dominical "The Sunday Times" en su página digital, Branson ha vendido su mansión en el condado de Oxfordshire, al sur de Inglaterra, donde ha vivido durante más de veinte años, a sus dos hijos por 1,3 millones de libras (1,6 millones de euros).
El cambio de domicilio le permitirá a Branson ahorrar millones de libras en impuestos por los ingresos que recibe del extranjero del grupo Virgin, formado por la aerolínea y otros negocios, añade el dominical.
Esta decisión fue tomada después de que el Gobierno que preside el conservador David Cameron modificara la legislación en materia impositiva y endureciera las reglas sobre los impuestos que deben ser pagados sobre las ganancias obtenidas fuera del Reino Unido.
Este cambio ha afectado a personas con inversiones fuera del país y que antes no estaban obligadas a declararlas, algo que ahora deben hacer.
Así, al residir en el extranjero, Branson no tendrá que pagar impuestos por los ingresos procedentes de fuera del país, aunque sí sobre los que genere dentro de las fronteras británicas.
La decisión de Branson ha sido recibida con gran sorpresa por los comentaristas ya que el multimillonario empresario siempre fue defensor del mundo de los negocios británicos.
De acuerdo con el Registro de la propiedad, los hijos de Branson, Sam y Holly, compraron la casa de Oxfordshire en agosto del año pasado, pero por un valor mucho más bajo que el actual.
"Después de trabajar 40 años en el Reino Unido, Richard, ahora en sus sesenta, ha elegido vivir en su isla Necker", dijo un portavoz del empresario, conocido también por sus numerosas aportaciones a organizaciones benéficas.