"Sorpresiva noche", es el título más frecuente que se le ha colgado a la reciente entrega de los Globo de Oro. Y es cierto. En su versión número 72, los galardones entregados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood rompieron varios pronósticos, sobre todo en cuanto a la elección de la Mejor película comedia o musical: la favorita Birdman, del mexicano Alejandro González Iñárritu, tuvo que inclinarse ante El gran Hotel Budapest de Wes Anderson.
Pero más allá de llenar portadas y provocar discusiones, y si tomamos en cuenta los años anteriores, al parecer los Globos de Oro intentan reflejar un criterio distinto al de los Oscar. Acá hay una intención de aparecer más frescos y abiertos de criterio, y la noche del domingo fue una clara muestra de ello.
"Los Globos de Oro fácilmente podrían haber sido confundidos con los Independent Spirit Awards", señaló ayer el sitio The Hollywood Reporter, dando cuenta de la preferencia de los premios por cintas de autor o independientes, hechas a espaldas de los grandes estudios. A esa categoría pertenece la gran ganadora de la noche: Boyhood, que se llevó el galardón al Mejor drama del año, junto al de mejor actriz secundaria (Patricia Arquette) y al de mejor director para Richard Linklater. Se estrena el 26 de febrero en Chile.
Rodada durante 12 años con el mismo elenco, y como dijo Linklater en el discurso de agradecimiento, se trata de una cinta muy personal donde intenta plasmar en imágenes la forma en que uno recuerda ciertos pasajes de su vida. Con una idea sencilla, pero con ese ambicioso dispositivo de rodar en forma anual, este relato que sigue la niñez hasta el comienzo de la adultez a Mason (Ellar Coltrane), alcanza niveles de cercanía y emotividad que han llevado, al fin, a Linklater a un reconocimiento más oficial. De hecho, y con una carrera de casi dos décadas, por primera vez era nominado a los Globos de Oro.
La filmografía de Linklater siempre ha corrido por la puerta de afuera de la industria, con un estilo que ha perseguido cierta originalidad narrativa y visual. Ejemplos son cintas como Danzed and confused (1993) y Waking life (2001). Aunque los mayores reconocimientos se los ha llevado por la llamada trilogía Before, compuesta por Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013). En estas ya había una intención de plasmar las aristas del paso del tiempo, a través de la relación de una pareja encarnada por Ethan Hawke y Julie Delpy.
Así, el Globo de Oro a mejor director y a Boyhood es visto también como un reconocimiento al cine de autor, por sobre la espectacularidad o los altos presupuestos de otras cintas del año pasado. Si vamos a las cifras más duras, estas señalan que el filme de Linklater ha recaudado en Estados Unidos 24 millones de dólares: la mitad de lo que logró, por ejemplo, Interestelar sólo en su primer fin de semana en cartelera. Justamente, la cinta espacial de Christopher Nolan fue una de las grandes ignoradas: recibió una nominación por su banda sonora.
Este perfil más independiente se vio también en el mencionado premio a Mejor comedia para El gran Hotel Budapest, el primer gran reconocimiento hacia su realizador, Wes Anderson, quien también competía como Mejor director. Un estandarte del cine independiente que, tal como Linklater, jamás había estado nominado a un Globo de Oro.
Finalmente, está el caso de Birdman (se estrena el 22 de enero ), la cinta que llegaba con más nominaciones (siete) y como la favorita para ser elegida como la Mejor comedia. Pero se tuvo que conformar con los premios a Mejor actor (Michael Keaton) y mejor guión. Una cinta dirigida por Alejandro González Iñárritu que también escapa del molde habitual del cine hollywoodense, al contar de forma poco usual (a través de una decena de largas secuencias sin corte) la vida de un actor que busca desmarcarse de su pasado asociado a un popular superhéroe. No fue una derrota tan dolorosa, y es quizás una muestra de la actitud salomónica que también tuvieron los Globos de Oro este año, de donde nadie salió muy trasquilado.