En contacto telefónico con 24 Horas desde el Hospital de Copiapó, el minero que ayer salió en el 28 lugar desde las profundidades de la mina San José, Richard Villarroel, declaró que tras el derrumbe del 5 de agosto pasado pensaba que no vería nacer a su hijo.
Este joven de 27 años oriundo de Coyhaique, de profesión técnico mecánico y que ingresaba a la mina para realizar reparaciones puntuales, confesó que el peor momento vivido a 700 metros bajo tierra en el mineral copiapino fue "cuando cayó el segundo bloque y se cerró por completo la mina", y que luego del fatídico accidente "pensé que no iba a poder volver a ver a mi señora, que no iba a ver nacer a mi hijo". Fue el "susto mayúsculo" que se generó entre todos, enfatizó sobre el segundo derrumbe.
El pasado 11 de agosto, mientras los rescatistas trataban de encontrar a los mineros, una roca de 700.000 toneladas se asentó sobre la mina, lo que obligó a las autoridades a suspender la tarea de salvataje por algunos días para intentar la entrada por otro lado.
"Ahí fue que nos asustamos de verdad porque se cerró por completo (el yacimiento)", subrayó el trabajador.
Reconoció que nunca dudaron que los estaban buscando, y al respecto señaló: "Igualmente buscamos por dónde escapar, como subir por las chimeneas de ventilación, pero no tenían escaleras, así que lo descartamos".
Richard Villarroel señaló también que José Henríquez fue una figura "clave" para mantener unido al grupo al interior de la mina. "Don José Henríquez, que fue... le llaman el 'pastor' que fue el que tuvimos en la mina. Era el hombre clave en unirnos todos los días".
El joven, que en noviembre será padre por primera vez, añadió que cuando llegó la sonda al taller "varios (nos abalanzamos). La golpeamos con llaves y culatines de perforadoras". Herramientas que llevó a la superficie del yacimiento y se las obsequió a su madre.