Rihanna era la típica figura adolescente que salían a cantar melodías de amor y despecho con los jeans ajustados y un top de colegiala en fin de semana que dejaba el ombligo al aire.

Era la época en que tenía el pelo muy largo y aparecía graciosa y con una pollera vaporosa en la portada del disco A Girl Like Me, en 2006. Pero ya en Pon de Replay, la última canción de ese álbum, la joven de 21 años nacida en Bárbados mostraba una inclinación más discotequera.

Desafiante. Y atrevida. Y comenzó un camino de cambio violento que maduró de golpe en Good Girl Gone Bad, el segundo disco que la consagró y que como dice el título, la mostró renacida y más "mala".

Junto con éxitos como Umbrella y Don't Stop the Music, Rihanna dijo adiós al peinado romántico y se hizo una melena muy corta con mechones estratégicos. Cambió las minis y los shorts de mezclilla tipo Britney Speras por unos corsets ceñidos, medias de malla y los tacones más negros, altos y puntiagudos que encontró en el mercado. Un grupo de estilistas se hizo cargo de transformar dramáticamente su imagen.

De adolescente sencilla pasó a la mujer sexy que domina la situación. Y no sólo escaló hasta el tope de los rankings musicales, sino que también en las listas de favoritas en las fotos de alfombras rojas, marcas de lujo y revistas de moda de alcance internacional.

Sus doce tatuajes combinaban a la perfección con los nuevos modelos de vanguardia de diseñadores como los franceses Yves Saint-Laurent y Jean Paul Gaultier. Su cuerpo cada vez más tonificado, la expresión cada vez más severa y el pelo cada vez más corto, hasta casi rapado, fueron combinando con diseños mucho más riesgosos. De las promociones de Nike que hacía un par de años atrás, pasó a mecerse en un trapecio redondo sólo con un trajebaño blanco y una enorme cartera con un corazón tatuado en los anuncios de Gucci a favor de la Unicef.

Su cara de ensueño pasó a una muy seria, especialmente después del altercado con su ex novio, el rapero Chris Brown, que la llevó a las páginas rojas. Hasta que ahora su look es impactante, como el que lució en los pasados premios musicales American Awards, donde lo único que llevaba puesto era un montón de tiritas tipo vendas, blancas y que apenas cubrían partes de su cuerpo que podían estar más tapadas.

Compitiendo en look estrafalario con personajes como Lady GaGa. Incluso a punto de superarla.