Es como si el gran carnaval de la ciudad culminara en tu propio patio. En febrero pasado, la industria de la música festejó en pleno los 50 años de la Beatlemania a través de documentales, conciertos homenaje, especiales en distintas plataformas y, sobre todo, la reunión de sus sobrevivientes en los últimos premios Grammy, justo meses antes de que precisamente sus dos mayores protagonistas pasaran por Chile.
A la visita de Paul McCartney en abril -con dos conciertos de convocatoria más acotada en Movistar Arena, algo casi inédito para una figura de su magnitud-, se sumará para 2015 el arribo del otro ex Beatle que aún preserva el legado musical más influyente y popular del siglo XX. Según informa la productora Bizarro, el baterista Ringo Starr (74) se presentará el martes 3 de marzo en el mismo Movistar Arena y acompañado por su All Starr Band, proyecto que inauguró en 1989 y donde van rotando diversos músicos, todos con cuna en el rock clásico y la riqueza interpretativa.
Además, se trata de su retorno al país luego de su debut el 4 de noviembre de 2011, también en el reducto de Parque O'Higgins y en el mismo año en que el propio McCartney volvió a Santiago con un concierto ante un repleto Estadio Nacional. Tanto en esa ocasión como ahora, las venidas de Macca y Ringo están separadas por menos de un año: luego de décadas en que los beatlemaniacos locales masticaron bandas tributo, imitadores disfrazados con chasquilla y ropajes de todas sus épocas, y los más disimiles relanzamientos de sus álbumes y películas, la visita de los ex integrantes de los Fab Four se ha convertido en algo casi natural.
En el caso del nuevo espectáculo de Starr, las entradas saldrán a la venta antes del 20 de este mes y con precios que se difundirán en los próximos días. Además, su show en la capital es parte de un periplo latinoamericano que también reportará dos fechas en Brasil (Sao Paulo y Río de Janeiro), una en Colombia (Bogotá) y otro doblete en México (Yucatán y el DF).
CON LA PATOTA
Con respecto a sus compañeros en escena, el también actor nuevamente puede echar mano de ese rótulo ya inmortalizado como cliché y que habla de una pequeña ayuda de sus amigos (desprendido del clásico With a little help from my friends).
Y, esta vez -y hablando sólo de sus habilidades artísticas- vaya que trae a buenos compinches: la decimotercera formación de su All Starr Band incluye a Steve Lukather, el versátil cantante, guitarrista y compositor de Toto, y uno de los sesionistas más afamados de las últimas décadas (tocó hasta en Beat it, de Michael Jackson); Gregg Rolie, insigne tecladista de Santana; Todd Rundgren, otro instrumentista y autor de fuste, además de figura del soft rock con hits como I saw the light; Gregg Bissonette, baterista habitual de David Lee Roth, aparte de otros proyectos; Warren Ham, saxofonista que declara experiencia tanto en giras de Kansas como de Donna Summer y Olivia Newton-John; y Richard Page, la voz de la banda ochentera Mr. Mister, la misma que protagonizó una de las controversias más recordadas del Festival de Viña, cuando en 1988 su propio líder leyó en el escenario una declaración a favor de los artistas amenazados y perseguidos por la dictadura.
El caudaloso e ilustre contingente permite una dinámica ya transformada en hábito durante los recitales de Starr: que los integrantes del conjunto interpreten las canciones que facturaron en sus otras agrupaciones. Por ejemplo, en sus actuales shows pasan éxitos como Rosanna, Hold the line y Africa, de Toto; Black magic woman y Oye como va, popularizados por Santana; y Kyrie y Broken wings, de Mr. Mister, entre otros.
Todo ello ante la presencia protagónica de los temas que Ringo cantó o compuso en The Beatles, como Boys, Don't pass me by, I wanna be your man, Act naturally y la eterna Yellow submarine, aparte de un final de vibra hippie coronado con Give peace a chance, de John Lennon. Del promedio de 25 temas que tocan por noche, ocho corresponden al paso del instrumentista por el grupo de Liverpool.
"Viene con un acompañamiento súper potente, con músicos que no sólo integraron grupos clásicos, sino que fueron los cantantes y cerebros de esas bandas. Es lógicamente un show para fanáticos de The Beatles, pero también para seguidores de Toto o Santana", detalla Alfredo Alonso, director de Bizarro y responsable del concierto. Luego sigue: "Ringo viene en un momento muy pleno, donde ha logrado establecer su estatura artística y su tremendo aporte como baterista a través de la historia".
Lo de Alonso no son sólo parabienes para su fichaje de turno. Hace dos años, el inglés editó Ringo 2012, colección de covers que se empina entre sus mejores lanzamientos de las últimas dos décadas. Además, la revista GQ lo condecoró durante esta temporada como el Hombre Humanitario del Año, mientras que en 2011 otra publicación, Rolling Stone, lo situó en el quinto puesto del listado de los mejores bateristas de todos los tiempos. Números fríos y ránkings estrechos que sólo hacen justicia: aunque de ejecución simple y ausente de pretensiones, su pulso en la batería -retumbante en A day in the life, lleno de giros en Rain- influyó a generaciones completas de músicos.
Pese al currículum, su nuevo viaje al país guarda una trastienda particular. Según fuentes de la industria local de conciertos, hace unas semanas, el músico fue ofrecido como la posible carta anglo del próximo Festival de Viña del Mar. Pero los organizadores de la cita desistieron de su fichaje -aunque calzaban sin problemas los tiempos de su gira y las condiciones relativas a la televisación- y la negociación no prosperó. A cambio, una de las cuatro partes de The Beatles sí volverá a decir presente en la capital y en una de sus temporadas más estelares. Como la fiesta propia y local de un carnaval que, tratándose de The Beatles, involucra a gran parte del planeta.