El Gobierno interino de Brasil ha invitado a la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, a la inauguración de los Juegos Olímpicos, según anunció hoy el ministro del Deporte, Leonardo Picciani.
Rousseff dispondrá de un "espacio exclusivo" en la tribuna de honor en el estadio Maracaná, durante la ceremonia inaugural del próximo 5 de agosto, según dijo Picciani en una teleconferencia con prensa extranjera.
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva también ha sido invitado al igual que el resto de los anteriores jefes de Estado, según Picciani.
El ministro recalcó que la organización de los Juegos fue un "esfuerzo de todo Brasil", tanto de Rousseff y Lula, como de las autoridades regionales y municipales de Río de Janeiro.
La semana pasada, Rousseff afirmó que se siente "la madre" de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y que Lula es el "padre", porque se encargaron de "todas las tratativas, preparativos y obras".
Rousseff confesó además que le "gustaría" estar presente en la ceremonia inaugural, aunque hasta la semana pasada, dijo que aún no había sido invitada.
La presidenta fue suspendida de sus funciones el pasado 12 de mayo, cuando el Senado decidió someterla a un juicio político que puede llevar a su destitución.
El juicio político terminará en la segunda quincena de agosto, según los plazos que ha aprobado el Senado, lo que abre la posibilidad de que ocurra durante los Juegos Olímpicos.
Si Rousseff fuera finalmente destituida, el presidente interino, Michel Temer, continuará en el poder y terminará el mandato de Rousseff, que vence el 1 de enero de 2019.