Faltan 828 días para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que arrancan el 5 de agosto de 2016. Sin embargo, al interior del Comité Olímpico Internacional existe incertidumbre por el retraso en las obras de cara a la competencia.

El vicepresidente de la entidad, el australiano John Coates, fue rotundo. Aseguró que los preparativos para los primeros Juegos que se realizarán en Sudamérica han sido "los peores que he visto en mi vida". El nulo o escaso progreso en algunas obras contrastan con la imagen país que Brasil quiere proyectar como sede de la Copa del Mundo y los JJ.OO.

La Villa Olímpica, que contará con 1.180.000 m2 está en su fase inicial de construcción, lo que preocupa de sobremanera al organismo internacional. De hecho, Coates afirmó que "a la fecha, las obras están más atrasadas que las de Atenas 2004", uno de los eventos que más incertidumbre generó por lo mismo.

Respecto a Londres 2012, a poco más de dos años para el comienzo, los expertos del COI aseguran que las obras estaban a un 60 por ciento, mientras que ahora están sólo a un diez. Coates dijo, también, que Río "no está preparado en muchos, muchos aspectos para albergar la competencia y, por lo mismo, hemos formado un grupo especial para intentar acelerar todos los procesos".

LAS FALENCIAS

La construcción del parque olímpico de Barra, donde se edificará el velódromo y el gimnasio para el balonmano, estuvo paralizada hasta hace algunas semanas por una huelga. Además, el estadio de Engenhao, que albergará el atletismo, está cerrado desde hace meses por problemas en el techo.

En tanto, las mejoras en conectividad y transporte se han implementado parcialmente: la extensión de una de las líneas de metro alcanzaría a estar justo para el arranque de los Juegos, mientras que sólo uno de los dos planes de mejora a los recorridos y frecuencias de los buses de transporte público funciona hoy.

Sumado a eso, la contaminación del agua en las instalaciones para las pruebas acuáticas genera preocupación, así como también la basura acumulada en algunas zonas. Carlos Portinho, secretario de Medio Ambiente del Estado de Río, ha expresado que "limpiar la basura en la bahía Guanabara es arar en el desierto". Expertos en la materia, que también han tomado partido en la situación, aseguran que será difícil sanear la sede olímpica a tiempo porque la basura se acumula en el agua y en la orilla.

Finalmente, los problemas sociales que ha provocado la millonaria inversión, tanto en el Mundial de fútbol como en los Juegos, para los que Brasil destinó más de US$ 20 mil millones, es otra de las dudas del COI.

Pese a todo, mientras en Brasil estiman que aún hay plazos suficientes, el propio Coates afirmó que "no hay Plan B. Como sea iremos a Río".