Un 37% cayó la producción global de la minera anglo australiana Rio Tinto en el primer trimestre de este año, afectada por el paro de 43 realizado por trabajadores de minera Escondida, donde poseen el 30% de su propiedad, la que controla BHP Billiton (57,5%).
Así lo anunció la firma en su entrega de resultados correspondiente al primer cuarto de este año. En el caso de Escondida, la producción correspondiente a Rio Tinto alcanzó las 27.200 toneladas, a marzo de este año, lo que representa una baja de 66% en relación a igual producción de los tres primeros meses de 2016, y 63% en comparación con el cuarto trimestre del año pasado.
Para el cobre refinado, la producción de Escondida correspondiente a Rio Tinto alcanzó las 8.200 toneladas, monto 68% menor que el registrado en igual periodo del año pasado y 62% más bajo que la producción obtenida en el último cuarto de 2017.
Frente a lo anterior, Rio Tinto modificó sus expectativas de producción global de cobre, rebajándolas desde las 525 mil-665 mil toneladas, a las 500 mil-550 mil toneladas, "como resultado de la acción en Escondida, y la reducción de producción en Grasberg".
Impacto en la economía
Además, Río Tinto prevé que tras la huelga que finalizó en marzo, Escondida recién podrá normalizar sus producción a mediados de año.
"La producción de cobre minado y refinado en Escondida en el primer trimestre fue afectada negativamente por una huelga sindical durante 43 días que comenzó el 9 de febrero y terminó el 24 de marzo. El actual acuerdo laboral se ha prorrogado por 18 meses. Se espera que las operaciones aumenten hasta los niveles normales de producción para julio de 2017", señala el informe de la minera.
Para Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, existen factores operacionales que justifican la demora en la recuperación del ritmo normal de producción de una minera tras una paralización que involucre la detención de maquinaria. "Estas operaciones son de gran envergadura, con equipamentos grandes y complejos. Primero hay que revisar que todos los equipos estén operativos, que no tengan daños, y luego la vuelta a operación requiere una serie de sincronizaciones que permitan llegar a la full capacidad de producción", sostuvo. Guajardo agregó que una de las grandes preocupaciones de la gran minería, además de temas de agua y energía, es enfrentar una detención extensa, que apareja costos que se pueden prolongar en el tiempo. Añadió que, en menor medida, se mantiene un impacto en la actividad económica del país.
"Siempre que hay una menor una producción, y Escondida por algún tiempo va a seguir en este proceso de recuperación. Mientras haya un proceso de este tipo va a haber un impacto de la economía, pero creo que bastante menor, porque la producción va aumentando y la cadena de proveedores, que genera el impacto indirecto en la economía, debería estar operando.