Marcelo Ríos y Nicolás Massú son los deportistas más importantes de la historia del país. El Chino fue número uno del mundo en 1998, convirtiéndose en el primer jugador iberoamericano en alcanzar la cima del tenis. El mayor hito del deporte nacional hasta hoy; mientras que el viñamarino quedó en los libros por ser el único chileno en obtener dos medallas de oro en unos Juegos Olímpicos, las únicas preseas doradas en 118 años de participación en la cita de los cinco anillos.

Pese a su fama mundial y millonarios ofecimientos desde el extranjero, ambos decidieron quedarse en Chile para ayudar a los nuevos talentos de la raqueta. Sin embargo, tanto ellos como la Federación de Tenis, se encontraron con la, hasta ahora, inflanqueable barrera de la falta de recursos. Es por ello que decidieron revelar a La Tercera sus planes para intentar salvar del abismo a la disciplina que mayores éxitos ha entregado en la historia.

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Es martes 15 de julio y Nicolás Massú se encuentra en las oficinas de la Federación, en Las Condes. Se le nota inquieto y algo malhumorado. No concibe que el tenis chileno esté muriendo por falta de recursos. Con esa sensación, decide golpear la mesa, junto a Marcelo Ríos y al directorio de la entidad, y pedir ayuda al gobierno.

Nicolás, ¿qué los motiva a tomar esta decisión?

Esto viene sucediendo hace muchos años. La falta de apoyo es de hace 40 años. Siempre el tenis ha dependido de los resultados y ahora con el término del ATP de Viña, el torneo más importante que existía en Chile, se siguen perdiendo oportunidades. Uno ve que el tenis va perdiendo fuerza... Entonces ya estoy un poco molesto, porque nosotros durante muchos años hemos sido postergados. Nunca hay un estadio para el tenis, nunca hay un apoyo para el tenis...

¿Cómo funcionaba el tenis en la época en que ustedes jugaban?

Las lucas muchas veces dependían de lo que nosotros hacíamos. Si el Chino Ríos, (Fernando) González y Massú jugaban bien en la Copa Davis y Chile estaba en el Grupo Mundial, la Federación recibía plata y también las empresas se interesaban más. Obviamente, si tenías al número uno, al cinco y al nueve del mundo, el tenis vivía un boom. Pero, ¿qué pasó antes y qué pasó después? Nada... Entonces, hoy te preguntan en todos lados: ¿y el recambio? o ¿Cómo son los que vienen de abajo? Pero resulta que todos los chicos hacen esfuerzos familiares, como lo hicimos nosotros, y como siempre ha sido.

En sus inicios usted también tuvo que vivir esta situación...

Yo lo viví en mi época, cuando teníamos que ir a pedirle plata a Carlitos Herrera. Y, gracias a Dios, Carlitos Herrera tenía la barraca de fierro y le iba muy bien, tenía un buen pasar y de su propio bolsillo nos daba a mí y a González para que pudiéramos viajar. Y nosotros a medida de que íbamos ganando se la devolvíamos. Pero eso no es lo normal, ese no es el camino. Siempre como que en el tenis ha estado un poco escondido lo malo que venía. Con los resultados de Ríos, Massú y González se escondía mucho lo que estaba pasando. Lo mismo ocurrió con la venida a mi despedida de Djokovic, Nadal y Nalbandian, que fue el gran evento del año. O cuando vino Nadal a jugar el ATP... Si no venía él, el torneo hubiera pasado problemas. Por eso, no podemos estar siempre esperando vivir de suertes.

También hubo otros sacrificios...

Cuando estábamos arriba, pedimos estadios durante muchos años. Te voy a decir una sola cosa: ¿por qué cresta tuvimos que jugar contra Estados Unidos en el Nacional? O sea, hay que tener dos dedos de frente o hay que ser muy tarado para jugar con Roddick, Isner y los hermanos Bryan en altura. Esa Copa Davis tenía que jugarse a nivel de mar. Me tuve que sacrificar y ponerme a jugar con Roddick en una cancha que era rapídisima, estando en el Grupo Mundial. Por costo, por no tener estadio tuvimos que jugar acá. Entonces, ¿para qué nos sirve la localía? Por eso, yo ya entro enojado, porque damos ventaja deportiva. No hay estadio. Más encima teníamos que ir a jugar a La Serena o a otras ciudades, y las canchas se hacían cinco días antes. Eran un desastre y en el circuito tenía que comerme comentarios de que las canchas chilenas eran las peores. Me molestaban y yo tenía que defender lo indefendible.

¿Y cuál es su posición ante este complejo panorama?

Si tú te pones a pensar, nosotros con el Chino hacemos esta cuestión porque nos gusta. Pero yo tengo que seguir trabajando, este año estoy solamente con la Copa Davis y las charlas motivacionales. Y yo quiero estar cerca del tenis, pero de esta manera se hace difícil. Quiero trabajar en el tenis y qué mejor que hacerlo en Chile, no me quiero ir de Chile. Yo voy a ser mucho más feliz diciendo que estoy ayudando a un pendejo chileno que está entre los mejores del mundo que a un ruso. Entonces, si nosotros nos estamos sacrificando con el Chino, y vamos a hacer un esfuerzo de tiempo, que también se sacrifiquen otras personas.

¿Qué está dispuesto a hacer por salvar al tenis chileno?

Yo estoy dispuesto a tocar las puertas que sean necesarias para ayudar al tenis chileno y a los que vienen de abajo. Sea con la Presidenta, con el ex Presidente o con cualquier gobierno. Yo nunca me he metido en política, creo que Chile económicamente es el mejor país. Siempre me he sentido orgulloso de todos los presidentes, porque me he llevado bien con ellos. Pero yo necesito apoyar al tenis y para eso necesitamos plata.

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Viernes 18 de julio. Atardece en la calle Cerro Colorado y llega Marcelo Ríos. Muy preocupado por la situación, el zurdo se reúne con la mesa que preside José Hinzpeter y se convence plenamente de que el único camino es buscar la ayuda del gobierno. Con mucha humildad, el Chino reafirma su disposición para colaborar en lo que sea necesario y manifiesta su voluntad de ir a La Moneda a hablar con la Presidenta Michelle Bachelet.

Marcelo, ¿cuál es su percepción del momento que vive el tenis chileno?

Creo que obviamente, como hemos conversado con la gente que quiere sacar el tenis adelante, tenemos un muy buen momento tenístico, pero los recursos no existen. Hoy en día no tenemos los recursos, como yo trato de compararlo con Argentina, o con un país europeo. No puede ser que nosotros vivamos al lado de Argentina y ellos tengan 20 tenistas de nivel más que nosotros. Creo que es hora de que vayamos a pedir recursos y que ojalá nos acojan. Sin plata no se puede sacar el tenis adelante. Creo que merecemos recibir plata del gobierno y tener el apoyo de la Presidenta. También creo que, cuando yo jugaba, no se hizo lo que se debería haber hecho. Estaba yo, estaba Fernando, Nicolás y era el momento de sacar el tenis adelante. Era otro el presidente y no se nos ocurrió a nosotros haber aprovechado ese momento. Creo que estamos jugando las últimas cartas. Si no se hace ahora, por parte de todo el equipo, ya es difícil seguir adelante. Necesitamos tener buenas canchas, tener un lugar bueno para entrenar. Nosotros, como equipo, pretendemos llegar al Grupo Mundial y, por qué no, algún día poder ganar la Copa Davis, que es lo que queremos con los juveniles. Pero para eso necesitamos apoyo económico y, si no lo tenemos, es muy difícil salir adelante.

¿Usted se enfrentó a estos problemas en sus inicios?

Tuve la suerte de que mi papá me apoyara durante casi toda mi carrera. Nunca las empresas privadas me fueron a ayudar. Ni siquiera cuando fui número uno del mundo en junior. Creo que hoy en día a las empresas lamentablemente les interesa tener retornos inmediatos. Y si uno sabe de tenis, los resultados no son inmediatos. Es una cuestión de años. Para salir adelante, se necesita mínimo dos ó tres años para dar resultados, si es que eres bueno para el tenis. Pero por mi parte fue así, y creo que eso es lo que hay que cambiar. Hoy necesitamos recursos, necesitamos tener a los tenistas que vengan con un buen entrenador, entrenando en buenas canchas, tener buenos preparadores físicos; pero lamentablemente eso se hace con plata.

¿Qué le parece que el gobierno haya ofrecido $ 250 millones al ATP de Viña del Mar?

Me acabo de enterar de eso, y te doy mi respuesta de lo que pienso en el momento: dar $ 250 millones para un torneo de una semana, donde juega un chileno o dos, no nos ayuda en nada. Nosotros, con esa cantidad, podemos hacer mucho más que un torneo ATP, donde no hay chilenos involucrados entre los mejores del mundo. Es por eso que decidimos ir a pedir ayuda directamente al gobierno, ojalá a la Presidenta, y pedir la plata que necesitamos para sacar adelante al tenis con las cosas básicas para llegar a ser un país, tenísticamente, como queremos a nivel mundial.

¿Cómo cree que será la acogida de la Presidenta Bachelet?

No he tenido la ocasión de estar con ella, pero creo que tiene bien claras las cosas que quiere para el país y pienso que no tendría sentido que no nos apoyara. El tenis es un deporte que le ha dado bastantes satisfacciones al país, hemos sido campeones mundiales, yo fui número uno del mundo, hemos sacado medallas de oro... Creo que la Presidenta nos va a querer apoyar, porque no tiene sentido que no quiera sacar al tenis adelante. Debería ser una buena acogida.

¿Qué le parece que los distintos gobiernos destinen millonarios recursos para los estadios de fútbol, siendo que el tenis no tiene un recinto hace 40 años?

No sigo mucho los recursos que le da el gobierno al deporte, pero no es ni la cuarta parte de lo que nosotros queremos. Es mucho menos. No sé cómo se destinan las platas. Obviamente el fútbol es el deporte más popular del país, pero creo que tal cual se le da a ellos, nosotros tuvimos los resultados que se merecen para tener un apoyo hoy en día. Por eso creo que la Presidenta nos debería acoger bien a Nicolás y a mí, y tengo la esperanza de que nos va a ayudar.

La idea de la Federación es que usted sea parte de un centro de selecciones. ¿Cómo se ve en esa función?

Desde que me retiré, no apoyé mucho al tenis, por razones personales y porque hice otras cosas distintas. Pero llegó el momento en el que tenía que ayudar. Siempre he dicho que sería egoísta de mi parte no transmitir lo que yo viví y lo que sé a los juveniles o a los que vienen de abajo. Me he sentido bastante bien, esto recién está empezando. He estado en una llave de Copa Davis (ante Paraguay) que, por suerte, pudimos ganar. Pero esto es a largo plazo, siempre y cuando tengamos los recursos. Porque si no hay recursos y no hay apoyo, va a ser muy difícil seguir adelante con lo que pretendemos.

¿Cree que esta función puede servirle como una terapia luego de sus problemas de salud?

No tiene nada que ver una cosa con la otra. Yo tengo mis negocios aparte, podría estar entrenando a jugadores de otro nivel, como lo están haciendo Ivanisevic o Enqvist, pero he decidido apoyar a mi país, he decidido quedarme acá, he decidido quedarme con la Federación, he decidido ayudar a los juveniles y sacar a este equipo adelante y llegar al Grupo Mundial de la Copa Davis, pero ojalá con las platas que estamos pidiendo, porque sino es difícil. Con respecto a mi salud, creo me ayuda en cierta parte, pero no lo estoy haciendo por una terapia, lo estoy haciendo porque quiero y porque tengo ganas de ayudar al tenis.

¿Se pone algún plazo si no se resuelve esta situación?

Yo estoy acá, soy un empleado en este momento de la Federación. No decido los plazos, eso lo verá el presidente y él verá hasta donde llega con esto, pero creo que estamos metidos en el mismo saco. Si el presidente toma la decisión de seguir o no, hay que apoyarlo. Si no tenemos recursos ni tenemos apoyo, no vamos a ningún lado. Estamos estancados y para hacer cosas que no están llegando a ningún lado, no es motivante para nadie. Todos tenemos las ganas de ayudar y sacar tenistas adelante, lo único que queremos con Nicolás es que Garin, Lama y los que vienen abajo se metan entre los mejores del mundo. Pero, como dije antes, lamentablemente se necesita plata, se necesita tener estadios, tener cancha y tener buenos lugares donde entrenar. Porque si no hay recursos, no hay resultados.